Pov. Miya
Maldito sol. Por qué el sol tiene que ser tan brillante en las mañanas. Tomé el borde de la sabana hasta cubrirme por completo y evitar la deslumbrante luz para luego tratar de descansar un poco para contrarrestar la pésima noche de sueño que tuve. O al menos así fue hasta que empezó a sonar al maldito despertador, el cual, estuve a punto de lanzar contra la pared, así que con toda la fuerza de voluntad que alcancé a reunir, detuve el aviso de la mañana que daba el aparato sin herirlo. Me lancé de nuevo a la cama, amenacé al techo con la mirada como si tuviera la culpa de que me tuviera que levantar temprano, entrecerraba los ojos con molestia y apretaba los labios para no maldecir en voz alta que la noche anterior me había quedado un tiempo pensando en varias cosas antes de dormirme. Decidí levantarme antes de que volviera a ceder al sueño, cuando me senté en la cama mire mis piernas notando que no me había cambiado de ropa y solo me cubría una manta que normalmente ponía a los pies de la cama. Eran las ocho con diez y siete de la mañana. Solté un suspiro pesado seguido de levantarme en dirección al baño a hacer mi rutina matutina, todo bien.
Mientras cepillaba mis dientes repasaba el día de ayer para ver que podía mejorar en los trucos y ver si podía recordar que comí para el almuerzo, nunca lograba hacerlo hasta preguntarle a mi madre, mientras me miraba en el espejo viendo como tenía todo el cabello desordenado y una cara de cansancio y molestia. En eso me volvió a la mente que me estuvieron persiguiendo un par de borrachos, corrí como alma que se la lleva el diablo y me "encontré" con Takashi accidentalmente, me atore y casi me trague la espuma cuando me acorde de que le había dicho "nos vemos", con su costumbre y la memoria que tiene seguramente recordara eso. ¿Por qué él y no yo, Dios? me ayudaría no tener que estudiar tanto para los exámenes. Termine de enjuagarme y baje a desayunar.
— Buenos días, hijo. — Saludo mi madre como todas las mañanas. —
— Buenos días má. — Respondí su saludo. —
— ¿Cómo dormiste? —
— Como siempre. — Murmure en respuesta. —
— Ella suspiro y luego respondió — Que mal, ¿Por qué tendrás tan mal sueño? — Cuestiono al aire.
— lo mismo me pregunto yo. —
— Esta bien. Mejor siéntate a desayunar y comes algo, a ver si así te recuperas algo de ánimos. — Dijo mientras me abrazaba. No tengo mucha costumbre de contacto físico per de todas formas le correspondí la acción.
— Bien — Respondí con el sonido de mi voz algo ahogado contra ella. —
Igual a cuando era niño, sus abrazos eran reconfortantes, pero he empezado a sentir que yo realmente los correspondo, como si no lograra transmitir lo que quería, y eso era de las razones por las que ya no lo hacía tan a menudo como antes.
Estaba comiendo tranquilamente mientras hablaba un poco con mamá, luego de unos minutos, se levantó papá, para desayunar con nosotros.
— buenos días, cariño. — Saludo a mamá con un beso. — Buenos días, hijo. — Me saludo a mi poniendo su mano sobre mi cabello, revolviéndolo un poco. —
— Buenos días. — Saludamos ambos. —
Seguimos el desayuno todos juntos durante un rato. La primera en terminar fue mamá, que se quedó sentada acompañándonos, luego mira la hora y después a papá.
— ¿A qué hora tenías que irte a trabajar, cielo? — La miramos ambos, y yo luego lo mire a él.
— A las nueve quince, ¿Por qué? — Miré él reloj y me pasmé al ver la hora. —
— ¡Se te hace tarde!, son las ocho cincuenta y siete. — Le dije rápidamente. —
— ¡¿Qué?! — Dijo alto mientras miraba su reloj de muñeca perplejo por ver que era verdad; iba a llegar tarde. — ¡Voy a llegar tarde! —

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otra vez
Teen FictionHabían pasado años, sin que él quisiera hablar, sin yo hablarle. A pesar de estudiar en el mismo lugar. Estuvimos estado ignorando la existencia del otro luego de separarnos, fue muy confuso. A pesar de ser niños, igual nos dejamos influenciar por l...