¿Y Si logras superar mis barreras?

CAPÍTULO 4

—Ey, Vanesa, levántate— siento que alguien me sacude, oh, oh, me quedé dormida.

—Ya estoy despierta, ¿Qué hora es?

—Van a ser las 6:00 PM

— ¡¡¡¿Qué?!!! No puede ser, me quedé dormida y no hice las tareas— digo y me levanto, pero me da un fuerte mareo y me quedo sentada, la cabeza me duele mucho.

—¿Qué tienes?— me pregunta

—¿Qué tengo de qué?

—Tienes los ojos rojos y chinitos, ¿Estuviste llorando?

—No— miento

—Vanesa...

—Ay bueno, tal vez un poquis— digo

—¿Solo un poquito?

—Uno de este tamaño— digo estirando los brazos lo más que puedo dando a entender que es una cantidad grande, se sienta a mi lado.

—¿Qué tienes?— me pregunta

—Nada sister, ahora sí me permites— hago una pausa mientras me estiro— tengo tareas que hacer— digo levantándome de la cama, acción que es interrumpida porque mi hermana me agarra por el brazo

—De aquí no te vas hasta que no me digas que tienes— ruedo los ojos

—No es nada, lo prometo

—Vane, mi vida, tú no lloras por nada, dime qué tienes— ahhh se me tiene que ocurrir algoo.

—Andrés— digo

—¿Andrés?— cuestiona ella— segura y es eso

—Si sister— miento

—Sé que Andrés te pone sentimental tanto a ti como a todas las mujeres, pero estoy 100% segura que hoy no lloraste, por eso— dice y suspira— pero ¿Sabes?... No te presionaré, sé qué me dirás cuando estés preparada— dice y se levanta

—Camilo - digo en un hilo de voz

—¿Camilo Gómez?

—Ese mismo - y le cuento todo lo sucedido en el día en un rápido resumen.

— Cómo lo sien...— la interrumpo.

— Ni lo digas, no fue para tanto, además tengo muchas cosas que hacer al igual que tú, mis padres no vendrán en nada, hay tareas y comida que no se harán solas.

— Pero— intentó refutar, cosa que no permití, me levanté y busqué mis libros, a ella no le quedó más que irse a cocinar también.

No negaré que hablar con mi hermana, me hace sentir un poco mejor, como siempre, pero si sigo hablando me volveré a quebrar.