CAPÍTULO 6

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Al llegar a mi vacía casa lo que más quería era llorar, pero no, me prometí a mí misma no dejar que lo sucedido pudiera conmigo, así que me pongo de inmediato a hacer mis tareas que aunque no son para mañana me ayudan a no pensar, y si no tengo tiempo para pensar tampoco tendré tiempo para llorar.

Los días pasaron, me centré en mis estudios porque sabía que si dejaba mi mente descansar un poco los sentimientos y sucesos ocurridos el primer día de clases me harían derrumbar, cosa que juré no pasaría otra vez.

Siempre fui buena estudiante sin necesidad de esforzarme, así que esforzándome me volví más que buena, de hecho fui imparable. Semanas y meses pasaron, al estar en 11 no era difícil estar ocupada, pues tenía clase 6 días a la semana doble jornada y el domingo era todo dedicado a hacer tareas y estudiar.

En eso llegó el tan esperado día del icfes, que para quienes no saben es un instrumento de evaluación estandarizada que mide oficialmente la calidad de la educación formal impartida a quienes terminan el nivel de educación media, más conocido como bachillerato o preparatoria.

Saber 11° está compuesto por cinco pruebas: Lectura Crítica, Matemáticas, Sociales y Ciudadanas, Ciencias Naturales e Inglés. Estas son tan importante, pues dependiendo el puntaje obtenido el estudiante puede ganarse una beca para estudiar gratuitamente en cualquier universidad que desee, por lo cual las escuelas te preparan muy bien para estas. Sin contar que dependiendo los desempeños de los estudiantes en conjunto a los colegios se le asigna un puesto, estas pruebas son relevante para las instituciones debido a que determinan si se mantienen, suben o bajan de rango. En resumen, estas pruebas son las que definirán mi futuro, si gano una beca podré ir a una universidad paga, si no iría al sena a hacer el tecnólogo de lo que estoy estudiando ahora (que de hecho no es malo, solo que no creo que eso sea en lo que quiero trabajar por el resto de mi vida sin contar que mi mayor sueño y de mis padres es que gane una beca y vaya a la universidad).

Estoy más que preparada a decir verdad, pero hoy que llegó el día para el que me preparé toda mi vida no siento nada, me maté tanto estudiando para no pensar que me he vuelto casi insensible, supongo que por eso no me siento tan emocionada como imaginé que se sentiría.

—¿Lista?— Pregunta mi hermana

— Nací lista --- respondo forzando una sonrisa.

— Vaya que sí, siempre fuiste una cerebrito andante - dice esto y ambas reímos.

Me despido de mis padres y hermana y entro al lugar donde realizaré las pruebas, siendo sincera... Estoy un poco nerviosa. 

(...)

Al llegar a casa me esperaban con una cena

--- ¿Cómo te fue?

-Bien, o eso creo, digo estuvieron fáciles y eso me asusta ¿Y si lo sentí así porque me equivoqué en todo?

- No te preocupes cariño, confiamos en que lo hiciste bien- dijo mi madre y eso en vez de hacerme sentir mejor me preocupó más, si falló los decepcionaré, ellos esperan mucho de mí.

Después de la cena fui a dormir.

Al haber presentado las pruebas solo quedaba esperar, así que las clases se volvieron más flexibles, no dejaban casi tarea y todo fue algo relajado, así que mientras todos disfrutaban hablando unos con otro yo tenía mi cabeza sumergida en libros, montones de libros. Puede que no tuviera que estudiar, pero necesitaba tener mi mente ocupada y leer, era una buena forma de escapar de mi tortuosa realidad, una forma de irme a otros mundos con magia, romance y problemas de personajes ajenos a los míos. Los libros se volvieron mi lugar seguro, ese que me ayudaba a escapar de mi realidad y me llevaba a mundos inesperados, desconocidos, inimaginables, yendo por senderos oscuros e intrigantes.

A pesar de eso era imposible no sentirme vacía, me volví fría, ya no salía con amigos, pues al inicio cada que me invitaban ponía cualquier excusa tonta cómo estudiar para el examen de dentro de 2 semanas y cosas re tontas y con el tiempo dejaron de insistir, ya no sonreía tanto, el brillo de mis ojos se fue apagando, no me importaba estar desarreglada con tal de llevar todos mis deberes hechos, no hablaba casi nada y me fui volviendo muy perfeccionista cosa que empezó a fastidiar a todos, las únicas que se quedaron ahí fueron Naty y Ariana, las únicas que se quedaban a pesar de mi mala cara y humor irritable, hicieron hasta lo imposible para que me arreglara o al menos saliera de mi habitación, pero al igual que el resto, se rindieron aunque a diferencia del resto siguieron escribiendo y estando al pendiente de mí.

¿Y Si logras superar mis barreras?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora