¿Deprimido?, si un poco, así es como se sentía Fyodor, un joven estudiante de violonchelo que necesitaba encontrar una melodía para presentar a su maestro de música. El ser estudiante extranjero lo hacia sentir un poco solo, ya llevaba un tiempo en la ciudad pero aun no lograba adaptarse completamente. Ademas las cosas no estaban saliendo como las había imaginado. Era muy talentoso. El problema es que siempre terminaba en segundo lugar o siendo disminuido por Osamu Dazai, que lograba conseguir los solos de cualquier audición que hicieran, ademas de ser novio de Chuuya, la primera persona que se acerco a saludarlo y lo ayudo a conocer el lugar. No iba a negar que encontró bastante atractivo al pelirrojo y el desilusionarse rápidamente al conocer de quien era pareja no ayudo mucho a su estado de animo. Pero en estos momentos lo mejor era no pensar en eso, se repetía mentalmente mientras caminaba por los pasillos de la biblioteca, era la única persona que quedaba en el lugar y tenia que encontrar algo pronto, antes que la bibliotecaria lo echara. Fue en ese momento que encontró un libro con partituras de canciones infantiles. No era lo que buscaba pero llamo su atención.
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Al llegar al pequeño piso que arrendaba y al notar que sus vecinos no estaban decidió revisar las canciones y practicar un poco. Empezó a tocar la suave melodía, mientras sonreía. recordando las canciones infantiles de su niñez, se sentía inspirado, tan inspirado que no se dio cuenta como lentamente iba desapareciendo.
Fue en solo un parpadeo que se encontró en un hermoso bosque. Confundido camino por el lugar cuando vio una mano que lo saludaba. Si solo una mano porque no había un cuerpo a la vista, solo una mano flotante saludándolo y haciéndole gestos para que se acercara.
-Creo que enloquecí - Murmuro el ruso sorprendido mientras retrocedía chocando con un peliblanco vestido como un extravagante payaso con su cabello trenzado descansando en su hombro.
-¡Este es mi día de suerte!, mi mano encontró a alguien muy bonito dando vueltas por el bosque-. Exclamo el desconocido mientras caminaba dando vueltas alrededor de Fyodor, analizándolo de pies a cabeza y moviendo su cabeza de forma afirmativa. -Si muy bonito-.
-Creo que estoy perdido y drogado-. Fyodor no dejaba de mirar con cautela al otro hombre.
-Mi nombre es Nikolai Gogol, y no estas perdido, ahora estas conmigo.-
-Soy Fyodor... Fyodor Dostoyevski y ¡Aaaggg!-. Grito al ver como la mano flotante le tocaba el cabello y el cuello, la mano hubiera seguido explorando a Fyodor, pero este rápidamente la tiro al suelo retrocediendo asustado.
-Disculpa es una mano muy curiosa-. Indico Nikolai mientras la mano volvía a su brazo. -Mi otra mano se esta empezando a sentir celosa, ¿no hay problema que te toque un poco?-. Menciono agitando su otra mano en forma de saludo.
-No creo que no, preferiría que dejaras tus manos lejos de mi-. Retrocedió al ver como la otra mano se alejaba del cuerpo de su dueño y empezaba a acercarse. -¡Que se quede lejos de mi!-. Solo se le ocurrió darle un golpe a la mano y empezar a correr alejándose y perdiéndose en lo frondoso del bosque.
- Me gusta jugar al escondite. ¡Te daré un poco de ventaja!-, grito Nikolai.
El lugar era como un paisaje de cuentos de hadas, colorido y alegre, jamas había estado en un lugar así, pero tampoco quería quedarse. Sentía que mientras mas caminaba mas perdido estaba. Cansado y al notar que no era seguido se sentó intentando calmar su respiración y pensar en que estaba ocurriendo.
No logro estar mucho tiempo en soledad. Caminando frente a el vio a un muchacho con cabello de dos colores. Hicieron contacto visual. Mientras se levantaba con cautela sin perder de vista a la otra persona, el desconocido se presento. -Hola, me llamo Sigma-.
-Hola, estoy perdido, me llamo Fyodor y hay un loco que quiere tocarme, ¿sabes como puedo salir de aquí?-. Hablo apresuradamente.
-No llegan muchas personas a este lugar, ven yo te indico la salida.-
No era que confiara en Sigma, pero tampoco podía seguir corriendo en un lugar desconocido. Mientras caminaban, intento obtener algo de información.
-¿En donde estamos?.
- En un bosque.
-¿vienes seguido a este lugar?.
-Vivo aquí, así que cuando quieras puedes venir a visitarme.- Al parecer Sigma no iba a aclarar sus dudas, pero se conformaba con que le indicara la salida.
-Ni siquiera se como llegue aquí, esto no es una especie de limbo o estoy muerto y no me he enterado.
-Espero que no, no me gustaría estar hablando con un fantasma.
-Entonces tampoco eres un fantasma, eso me tranquiliza un poco-, para asegurarse toco la mano de Sigma -¿pero que haces exactamente aquí?,- Hubiera continuado con su interrogatorio, pero la aparición de una mano flotante que se acercaba lo interrumpió. De un rápido y valiente movimiento tomo a Sigma usándolo como escudo.
-¡No lo puedo creer!, mis manos no pueden tocarte pero Sigma si puede-. De la nada Nikolai apareció, acercándose al dúo. Iniciando un forcejeo en donde trataba de agarrar a Fyodor y este intentaba cubrirse moviéndose y usando a Sigma para mantener alejado al payaso. Al notar que este tenia mas fuerza empujo a Sigma haciendo que cayera encima de Nikolai. Aprovechando ese momento para alejarse.
Corriendo prácticamente a ciegas, mirando cada cierto momento hacia atrás era obvio que tropezara y hubiera caído al suelo si no fuera por un par de brazos que lo sujetaron y lo ayudaron a incorporarse.
-Muchas gracias.-
-Iván Goncharov, ese es mi nombre.-
-Gracias Iván, ¿sabes donde esta la salida de este bosque?.- Pregunto sin ni siquiera presentarse mirando asustado hacia todos lados.
-Claro solo tienes que correr hacia esos arboles.- Le explico de forma sonriente.
Solo necesito escuchar eso para empezar a correr nuevamente, rezando por salir. Siguió corriendo lo mas rápido que su mala condición física le permitía, hasta que todo quedo en completa oscuridad.
Sudado y sintiendo que el corazón se le iba a salir de la boca un atontado Fyodor se incorporo del suelo de su habitación. -Solo fue un sueño, fue un raro sueño.- se repetía a si mismo, mientras revisaba su departamento. Cuando logro convencerse de que estaba a salvo y después de asegurar las puertas y las ventanas volvió a su cuarto.
Mientras dormía profundamente una solitaria mano abría la ventana de su habitación.
Es mi primera historia.
Que tengan un buen día.
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De ilusiones.
HumorFyodor se sentía solo en la ciudad hasta que un extraño suceso hace que tenga más compañía de la que imaginaba. Los personajes no me pertenecen. Se prohíbe cualquier tipo de copia o plagio de esta historia.