De ilusiones.

Capitulo 3.

La vida de Fyodor había tenido ciertos cambios. Iba a sus clases, socializaba un poco con sus compañeros, excepto con Dazai y luego regresaba a su departamento donde su rutina se había modificado notoriamente. Para mejor o peor aun estaba pensando en eso. No logro echar o regresar al trió que entro por su ventana. Los primeros días dudaba en regresar a su hogar, no sabia si eran peligrosos, ni siquiera tenia claro que eran, pero no tenia donde quedarse o la confianza para pedirle a alguien asilo. Primero trato de demorar su regreso a casa, eso duro un par de días hasta que a uno de sus invitados no deseados se le ocurrió sugerir en ir a buscarlo después de clases, a lo cual solo se negó y procuro llegar temprano a su hogar, al final pasando el tiempo empezó a acostumbrarse a la compañía.

Iván se encargaba de todo el departamento, desde limpiar, cocinar y lavar. Fyodor le había dicho varias veces que no era necesario que lo hiciera, pero el peliblanco solo le sonreía y seguía con sus labores. No podía reclamar ante ese tipo de atenciones le daba tiempo para hacer sus deberes y practicar con el violonchelo, Iván se sentaba en el suelo a escucharlo y luego alababa lo increíble y talentoso que era. Ademas empezó a llamarlo maestro, Fyodor se sentía un poco incomodo con eso, pero Iván no estaba dispuesto a usar otra palabra ante su persona.

Con Sigma se dedicaba a conversar, comer golosinas que Fyodor nunca sabia como conseguía y a pasar un agradable rato.De los tres sentía que con él podía tener una conversación bastante normal.

Y luego estaba Nikolai, que era como un constante mosquito ruidoso, que siempre estaba detrás de él. Había tomado la costumbre de abrazarlo por sorpresa y soltarlo rápidamente antes que lograra golpearlo. Era escurridizo muchas mañanas el pelinegro despertaba siendo abrazado por Nikolai. En otras ocasiones se quedaba dormido hablando con Sigma y cuando tenia deberes importantes al día siguiente encontraba a Iván durmiendo a los pies de su cama. vigilando que nadie interrumpiera su descanso.

Lo curioso de la situación era que cada vez que llegaba con alguien a su departamento no había ningún rastro de las tres personas. Ademas los vecinos y su casero jamas le reprochaban los ruidos y la cantidad de gente que tenia viviendo en su pequeño departamento.

En una ocasión invito a karma un muchacho joven al cual le daba tutorías. Estaba nervioso no sabia como explicar y presentar ¿a su grupo?, ¿parientes muy lejanos?, no sabia como nombrarlos. Nadie iba a creer que tenia inquilinos, todos sabían que era muy huraño, ademas vivía en un piso muy pequeño, no había espacio.  Pero al abrir la puerta no encontró a nadie, se paseo por el departamento, pero no había rastro de ninguno, estuvo tres horas ayudando a Karma y no apareció nadie. Lo mejor era preguntar si eran extraterrestres, duendes o algún tipo de bichos raros, o quedarse con la idea de que estaba enloqueciendo. Pero tenia miedo de preguntar, prefirió dejar esa duda al Fyodor del futuro.  Claro que esta situación no podía continuar así, fue un suceso en particular lo que hizo que buscara como aclarar sus dudas.

En una helada noche, Fyodor estaba molesto, había tenido un mal día, intentando dormir sintió como Nikolai entraba en su cama.

-Nikolai sal de la cama.-

- Fyodor, prometo solo abrazarte, no te preocupes.-

Solo suspiro y dejo que Nikolai lo abrazara, se apoyo en el pecho de este cerrando los ojos, imaginario o no lo cierto es que necesitaba que alguien lo acurrucara y mimara un poco. Nikolai acariciaba suavemente su cabello y espalda, sentía como iba relajándose casi cayendo dormido. Una mano acariciaba su estomago y otra mano mas traviesa se aventuro a meterse entre sus pantalones, su toque era placentero, se hubiera dejado llevar completamente por las sensaciones hasta que se dio cuenta de algo. Nikolai no tiene cuatro manos. Abrió los ojos mirando a Nikolai de frente se tiro hacia atrás chocando con...