Cap. 18 Terror

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Tu mirada es especial,
tu sonrisa es especial,
tu piel,
tus cabellos,
tu piel,
toda tu persona es especial,
eres único,
y yo me niego a perderte,
tus labios entreabiertos llaman mi atención,
tus desordenados cabellos te dan más atractivo,
tu piel me llama,
tu tranquila respiración me exaspera,
duermes,
tan tranquilamente,
si lo hiciera mientras duermes,
no,
pierde la gracia,
tienes que despertar,
pero antes,
prepararé todo para ti,
para mí,
salgo de tu habitación para recorrer tu casa,
encuentro el inicio y el final,
mi bolso se desliza por mis brazos hasta el suelo,
la abro lentamente,
una navaja,
para la ocasión logré conseguir un poco del ácido sulfúrico que utilizamos en la clase,
todo está listo para ambos.

Tus bellos ojos marrones se abren lentamente,
no resisto y acaricio tu mejilla,
las cuerdas en tus manos no te permiten realizar ningún movimiento,
tus pies amarrados a los pies de la silla,
"shhh, es por tu bien"
te digo cuando tratas de pronunciar alguna palabra,
la mordaza amortigua tu voz,
te sonrió sacando la navaja,
es necesario,
la navaja se desliza con soltura sobre tu piel,
soy precisa,
tan solo un milímetro más y mi navaja llegaría a tocar tus huesos,
ese no es el objetivo,
tras el primer corte,
te miró con el pequeño recipiente de ácido,
lo destapó lentamente con una sonrisa,
"pórtate bien, no hagas mucho ruido"
vierto el líquido sobre el corté,
y tus gritos son amortiguado nuevamente por el trapo en tu boca,
es placentero,
cierro los ojos mientras escuchó,
una vez te has calmado te miro,
sigues aquí, vivo,
mi sonrisa se ensancha,
que comience el juego.

Atte: Marcela.

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