Capítulo 3 - Estás enamorado

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Mientras tanto, en un restaurante frente al mar.

-¡Sanji, lleva ese plato a la mesa dos!

-¡Ya voy!

Un chico rubio, vestido con el uniforme del Instituto Grand Line, servía un plato en una de las mesas mientras maldecía para sus adentros.

-Ah, mierda...

- - -

2 horas después.
En una casa a las afueras • Nami

Nami, con la cabeza escondida entre sus piernas se encontraba junto a una chica peliazul de tez morena tratando de consolarla con un fuerte abrazo.

-Vamos, pronto acabará, Nami... Pronto podremos volver a ver a Bell-mère...

En el dojo • Zoro

Zoro reza, arrodillado frente a una tumba con el nombre "Kuina" escrito en él.

-Kuina... No apartes la mirada desde el cielo, porque pienso ser el mejor del mundo, tal y como prometimos.

En una mansión cerca de la plaza de la ciudad • Usopp

-¡Kaya! ¿Te cuento una historia?

-¡Adelante!

-Voy a contarte cómo conocí a 3 peculiares personas y me convertí en pirata junto a ellas...

En una casa en el centro • Luffy

-¡Ace, Ace, Ace, Ace!

-¡Dime, pesado!

-¡¡Creo que estoy enfermo!!

-¿Qué? -asomó de repente Sabo -¿Cuáles son los síntomas? ¿Desde cuándo te sientes-

-¡Me duele el pecho!

-¡¿El pecho?! ¡Ay, madre! ¿¡Y si le está dando un ataque al corazón!?

-¡Cálmate, Sabo, tonto! A ver, Luffy. ¿Desde cuándo te duele?

-¡Desde ahora! ¡Estaba pensando, y...!

-¿Pensando? ¿En qué?

-En el día de hoy... Pensaba en lo que pasó con Nami. Empecé a preguntarme por qué no podía apartar la mirada de la suya y mi corazón empezó a latir tan rápido como cuando como carne -Sabo se atragantó con su propia saliva y comenzó a toser- ¡¿No es eso algo malo?!

-Ya veo -simplemente respondió Ace.

-¿No lo es? -continuó Luffy tras ver lo calmado que estaba su hermano.

-Luffy -hizo que se girara el rubio- Nami es aquella chica de la que hablabas ayer, ¿verdad?

-Así es. Cabello naranja. Huele a mandarina.

-No es algo malo. Estás enamorado.

-¿Enamorado?

-Así es. Es cuando sientes algo más fuerte que amistad por una persona. Quieres estar a su lado, acariciarla, verla sonreír y proteger su sonrisa... Cuando te late fuerte el corazón al verla o pensarla no es algo malo. Es una de las múltiples señales de que la quieres.

Romance entre estudiantes problemáticosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora