The best man | YOONTAE | COMPLETA

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Los invitados bailaban animadamente después de haber cenado y partido el pastel. Yoongi platicaba con algunos familiares y Taehyung no podía quitarle la mirada de encima. El pelinegro se había quitado el saco y llevaba las mangas de su camisa alzadas, sus mejillas tenían un tono sonrosado por el alcohol.

—¿Por qué estás viendo a Min Yoongi con una sonrisa?

El castaño jadeó del susto.

—¡Jimin! Me espantaste.

—Responde, Kim Taehyung.

—Estoy viendo la decoración de este hermoso salón de tu maravillosa boda con tu increíble esposo, ¿dónde lo dejaste?

—Taehyung, eres experto en desviar la conversación pero ya soy inmune. Los vi bailar bastante, ¿acaso serás el que por fIn hará que Yoongi se comprometa en una relación?

—No, no, para nada.

—¿Entonces tú vas a empezar a salir de manera casual? La habitación de Yoongi y la tuya están en el mismo pasillo, para que sepas.

—No, Jimin, no estoy haciendo nada, Yoongi no está haciendo nada y nunca va pasar nada ¿ok?

—Ok, ok, pero no te alteres —levantó ambas manos en son de paz—, solo venía a avisarte que ya lanzaré el ramo y lo haré a mi derecha, para que estés listo.

—Ay, Mimi, sabes que ya no creo en esas cosas.

—Pero va cargado de mis buenas vibras, anda —lo tomó del brazo y Taehyung se levantó con desgana haciendo una mueca.

Mientras caminaba hacia la multitud de solteros que ya se encontraban en la pista, sintió una pesada mirada sobre él, se giró y sus ojos se encontraron con los de Yoongi que le guiñó, el menor bajó la mirada nervioso y siguió dejándose llevar por su mejor amigo.

Se quedó de pie donde Jimin le indicó y se cruzó de brazos, un tanto incómodo.

—Lindo —se tensó de inmediato reconociendo la voz a su espalda—, así no lo vas a atrapar —Yoongi tomó sus muñecas y las colocó a los lados—, suéltate y diviértete.

—No te burles, Yoongi —dio media vuelta para encararlo y retrocedió para no estar tan cerca.

—No lo hago, en serio —le sonrió—. No dejes que un ritual que te gusta sea arruinado por un mal momento. Te gustan las bodas, ¿no? —Taehyung asintió, tímido—, disfruta cada parte, entonces —y Taehyung le devolvió la sonrisa con más confianza.

Volvió a girarse para ver al frente donde Jimin ya se estaba colocando para lanzar el ramo, a su lado se situó Yoongi.

—¿Puedo tomar tu mano para la buena suerte? —le preguntó el menor. Yoongi no respondió, solo deslizó su mano por la suya y entrelazaron sus dedos.

Jimin engañó tres veces a los invitados, hasta que finalmente lo lanzó y con sus manos libres, Yoongi y Taehyung lo tomaron.

El menor dio brinquitos emocionado y Yoongi le sonrió ampliamente, le extendió el ramo al menor y este lo tomó con ambas manos, ocultando su rostro entre las flores.

—¡Felicidades! —exclamó Jimin, llegando con ellos.

—Yoongi-ah, has caído en la maldición, sigues tú —le dijo Jungkook, rodeándolo de los hombros.

—No empieces, Jeon —le contestó Yoongi, empujándolo levemente.

—¡Linus, shots para todos! —gritó Taehyung feliz.

—Ah no, jovencito, mañana te quiero ver radiante en el brunch —lo regañó Jimin.

—Solo es un shot, Mimi, ¿cuándo volverás a tomar un shot con tu mejor amigo en tu boda? —tomó dos shots que el mesero le ofrecía.

—Está bien, pero Kookie, de ahora en adelante como tu esposo soy tu responsabilidad —dijo señalando al menor.

—Y de ahora en adelante, como el esposo de mi mejor amigo, yo también soy tu responsabilidad. Somos un bebés, cuídanos.

—Soy menor que ustedes.

—¡Que nos cuides! —le gritaron al unísono mientras iban por su segundo shot.

—Día 1 de tu matrimonio —dijo Yoongi, palmeandole la espalda con una sonrisa burlesca.

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Bajaron tambaleándose ligeramente del elevador. Taehyung rodeaba del brazo a Yoongi mientras caminaban por el pasillo.

—Esta es mi habitación —dijo el menor, tratando de encontrar la llave.

—Yo estoy por acá —señaló vagamente. Taehyung abrió la puerta y se recargó en el marco.

Ambos se quedaron en silencio, mirándose. La cabeza de Yoongi se encontraba algo ladeada y mantenía sus manos en los bolsillos del pantalón. Taehyung sentía el cuerpo entumecido.

—Dilo —habló el menor.

—¿Qué?

—Lo que estás pensando.

Pasaron algunos segundos donde no habían apartado la mirada del otro.

—Quiero besarte —soltó el mayor.

Las palabras se plasmaron en el pecho de Taehyung, que sintió su corazón palpitar desenfrenadamente.

—¿Y qué esperas?

—El problema es que si te beso —mojó sus labios y Taehyung quedó hipnotizado por la acción—, no voy a detenerme. Mis manos me cosquillean de las ansias que tengo por recorrerte y probarte, Taehyung.

El castaño sintió escalofríos y tragó saliva, sus pensamientos se sentían densos, pero había una electricidad que borraba el raciocinio. Su mano tomó la del pelinegro y la entrelazó.

—Hazlo —lo jaló invitándolo a entrar a la habitación, pero Yoongi se detuvo en el umbral.

—No —susurró con media sonrisa—, estamos bebidos. Y si alguna vez tengo la fortuna de hacerte mío, no quiero que tengas tus sentidos nublados, Taehyung, porque quiero que sientas todo y no lo olvides —lo atrajo hacia él del agarre de sus manos y le dejó un suave beso en la mejilla.

Taehyung cerró los ojos ante el contacto y soltó un suspiro.

—Buenas noches —dijo y cerró la puerta tras salir.

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Casi no hablo de mí, ¿tienen alguna preguntita de mí o de mis historias?