Capitulo 26

115 5 4
                                    

Culebra se pone su casco y le pasa a Sandra el otro. Se suben a la moto.

Sandra: Culebra, una pregunta ¿donde vamos?
Culebra: es una sorpresa, venga ponte el casco.

Sandra se pone el casco, Culebra arranca y se van.

Después de un camino no muy largo, Sandra y Culebra llegan por fin a su destino. Culebra para la moto y ambos se bajan.

Sandra: Culebra ¿me vas a decir en algún momento donde estamos yendo?

Culebra se queda callado, simplemente extiende su mano hacia Sandra y le hace un gesto para que la agarre, ella le hace caso y ambos caminan un par de metros hacia adelante hasta llegar a una pequeña casa al borde del mar. Esta estaba rodeada por un pequeño porche decorado con pequeños farolillos.

Sandra: (sin saber muy bien que decir y con los ojos aguados) ¿qué es todo esto?
Culebra: pensé que nos merecíamos un par de días para nosotros dos solos. Para estar juntos y hablar.
Sandra: Culebra esto es precioso, gracias.
Culebra: toma (le entrega las llaves), ve entrando que yo voy a aparcar la moto y a por nuestra cosas. No tardo nada.

Mientras en la casa de los Castillo
Carlitos: oye papá ¿Sandra y culebra donde han ido?
Mario: tenían que hablar unas cosas y mejor que estuviesen a solas. Pero en dos días están ya aquí de nuevo con nosotros.
Dora: mi papá le va a pedir a mi mamá que se case con él.
Mario: ¿tu cómo sabes eso? (En ese momento cae en la cuenta) Da igual hija, no hace falta que me respondas.
Lucía: me alegro mucho por ellos, ya va siendo hora de que sean felices.
Dora: (parando de pintar) ¿por qué se separaron mis papás?

Todos los miembros de la familia se quedan pálidos, no saben que responder, cómo le cuentas a una niña la realidad de lo que pasó, teniendo en cuenta de que si le mientes se va a dar cuenta. Finalmente es Mario el que decide romper el silencio.

Mario: (sentándose junto a Dora) cariño a veces las relaciones de mayores son un poco complicadas y, en ocasiones, se hacen cosas que, aunque no queramos, hacen daño a las personas que más queremos.
Dora: pero si quieres a alguien ¿por qué le vas a hacer daño?
Lucía: porque a veces las personas somos un poquito egoístas y no nos damos cuenta de que nuestros actos están haciendo daño a las personas que queremos.
Lucas: ¿tu conoces la frase esa de "no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes"? (Dora asiente) Pues eso es lo que les pasa a los mayores.
Carlitos: ¿tu estás contenta de que estén de nuevo juntos?
Dora: pues claro
Mario: pues eso es lo más importante (mira el reloj). Se está haciendo tarde, vamos a poner la mesa que ya es hora de cenar.

De vuelta en la casita de Sandra Y Culebra.
Sandra lleva un rato dando vueltas por la casa, es realmente preciosa. Para ser tan pequeña realmente tiene varias habitaciones.
Después de un buen rato, Sandra llega a una puerta que para su sorpresa está cerrada con llave. Baja la mirada y se da cuenta de que hay una pequeña cajita con una nota en el suelo, se agacha, la coge y comienza a leerla. La nota decía lo siguiente:

"¿Qué pasa Chispitas? Esto no te lo esperabas eh. Ya sabes que no soy muy bueno con las palabras pero espero que con lo que he preparado entiendas lo que quiero decir.
Abre la cajita, saca la llave que hay dentro, métela en la cerradura y entra a la habitación, ahí encontrarás el resto."

Sandra: tendrá sus cosas pero menos mal que sigue siendo igual de romántico.

Sandra entra a la habitación y encuentra un sobre a su nombre encima de la cama. Lo abre y saca la carta que hay dentro. Esta decía:

"Vale, ahora si ha llegado el momento, joder que nervioso estoy. Chispitas, ya lo hemos hablado muchas veces pero quiero pedir perdón una última vez por haber sido tan gilipollas en el pasado, fui un imbécil y no supe transmitirte la confianza que necesitabas en aquel momento tan complicado. Sé lo que estás pensando, que la culpa fue tuya por haber huido pero, como bien hemos dicho ya los dos, la culpa fue de ambos, éramos dos críos aprendiendo lo que era la vida y, aunque siempre nos hemos querido mucho, nos hicimos mucho daño sin quererlo.
Pero hoy no quiero hablar de todo eso, que vale que tuvimos ese momento malo pero ¿y todo lo demás que? Hoy no es día de reproches ni de enfados (no sé si lo lograremos porque los enfados son nuestra especialidad) (Sandra con lágrimas en los ojos por la emoción suelta una pequeña carcajada)
Quiero darte las gracias por, hace ya unos cuantos años, haberme dado aquel bolsazo en la cabeza con el que descubrí lo que significaba querer a alguien, lo supe en cuanto nos vimos, en ese momento supe que, aunque quisiera negarlo, te habías colado en mi corazón para siempre ¿que cursi me ha quedado eso no? Bueno, en fin, que ya me estoy enrollando mucho. Ya hemos hablado del pasado, estamos viviendo el presente... si quieres que sigamos hablando te espero fuera."

Sandra sorprendida y con los ojos a rebosar de lágrimas por la emoción, deja todo encima de la cama y se dispone a salir fuera. Sale pero todas las luces están apagadas.

Sandra: Culebra ¿donde estás?
Culebra: aquí (moviendo unos arbustos). Ayúdame a encender.

Sandra pasa la mano por los arbustos y todas las luces de alrededor se empiezan a encender. No puede creer lo que ve, está todo precioso. Culebra aparece detrás de ella.

Culebra: sé que no es Praga pero bueno espero haber sido lo suficientemente romántico.
Sandra: (aún en shock) ¿eh?
Culebra: lo suficientemente romántico.
Sandra: ah si si, mucho (sin parar de mirar alrededor)
Culebra: pues... aun te queda una luz por encender
Sandra: ¿cuál?

Culebra agarra la mano de Sandra apuntando hacia el tejado de la casa, en ese momento, comienzan a encenderse unas letras donde se puede leer la frase "cásate conmigo". Sandra está en shock. En ese momento, Culebra saca una pequeña caja de terciopelo de su bolsillo y la abre dejando ver un precioso anillo. Culebra traga saliva y comienza a hablar.

Culebra: ya lo hemos hecho todo o casi todo porque lo de casarnos no ¿quieres casarte conmigo?



La Familia SuperpoderosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora