Capítulo 28

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De repente, algo borra la sonrisa de la cara de Sandra. Culebra le pregunta que es lo que ocurre y ella le hace un gesto con la cabeza para que mire en la misma dirección. Al igual que Sandra, Culebra también borra la sonrisa de su cara. Ninguno de los dos se puede creer lo que ve.

Culebra: (volviéndose hacia Sandra) vamos no me jodas ¿que hace aquí? (Sandra hace un gesto indicándole que no tiene ni idea) Si quieres que nos vayamos a otro sitio por mi no hay problema.

Sandra: No, no es necesario. Además, ni siquiera nos ha visto, lo mismo ni se da cuenta de que estamos aquí. (Sandra mire de reojo y ve que los está saludando) Mierda, nos ha visto.

En ese momento, se acerca a su mesa Alex, si Alex, el ex marido de Sandra al que no veían desde hace varios meses.

Alex: Sandra ¿qué tal cómo estás?
Sandra: bien, gracias. Estábamos por comer.
Alex: ay disculpa, (girándose hacia Culebra) ¿qué tal cómo estás? (Tendiendole la mano)
Culebra: muy bien, gracias.
Sandra: ¿qué te trae por aquí? Pensé que veraneabas en el norte.
Alex: si pero he venido a pasar unos días con una amiga.
Sandra: anda, no sabías que tenias pareja, me alegro mucho por ti.
Alex: vosotros ¿que tal? ¿Cómo está dora?
Sandra: nosotros bien y Dora también muy bien.

Culebra iba a decirle que se van a casar pero antes de que él pudiera hablar, Alex notó el anillo de compromiso en la mano de Sandra.
Alex: enhorabuena
Sandra y Culebra se miran extrañados.
Alex: por la boda digo, muy bonito el anillo.
Culebra: ah, muchas gracias.
Alex: eres muy afortunado, a Sandra no se la dan a cualquiera. Cuidala.
Culebra: lo sé y tranquilo que esta vez no la voy a dejar escapar.

La conversación continúa un poco más hasta que una voz muy familiar les saca a los tres del tema del que estaban hablando. Tras Alex aparece nada más y nada menos que Claudia Ruano.
Culebra: (susurrando y mirando a Sandra) vamos no me jodas.
Claudia: Alex ya tenemos la mesa lista (en ese momento, Claudia repara en Sandra y Culebra) No me lo puedo creer, Sandra y Culebra, cuanto tiempo.
Alex: ¿los conoces?
Claudia: sii, fuimos vecinos durante muchos años ¿tu les conoces?
Alex: si. Estuve con Sandra.
Claudia: ¿en serio? Que casualidad. ¿Qué tal? ¿Cómo estáis?
Sandra: pues estamos a punto de comer.
Claudia: oye ¿y si comemos todos juntos?

Sandra, Alex y Culebra se miran con caras de pocos amigos pero antes de que pudiesen responder Claudia ya estaba ordenando que juntasen otra mesa y que les trajeran dos sillas más. Cuando Sandra y Culebra se quisieron dar cuenta, su comida romántica postpedida se había convertido en una especie de cita doble.

La comida transcurrió normal, Claudia sin parar de hablar, Alex comentando alguna cosa y Sandra y Culebra intercambiando miradas en las que ambos deseaban usar el poder de Culebra para poder largarse de allí. La voz de Claudia les sacó de sus pensamientos.

Claudia: y bueno ¿que es de vuestra vida? ¿estáis trabajando? ¿Tenéis pareja? ¿Hijos?
Culebra: digna hija de Rosa Ruano eh.
Claudia: no me habéis contestado.

Sandra y Culebra se miraron sin saber muy bien que hacer, no le podían decir a Claudia la verdad porque no sabían hasta que punto rosa le había contado algo sobre ellos o no y tampoco querían dar tiempo a que Alex intervenga y lo cuente.

Sandra: yo trabajo como psicóloga.
Claudia: te pega un montón. Anda que escuchó veces mis dramas de adolescente. ¿Y tu Culebra?
Culebra: yo trabajo en el sector de las finanzas.
Claudia: ¿en serio? Quien lo diría.
Culebra: ¿por?
Claudia: hombre, con las malas notas que sacabas en el cole.
Sandra: la gente cambia... bueno, no todo el mundo.
Claudia: y ¿en lo personal? ¿Pareja? ¿Hijos?
Culebra: yo estoy prometido y tengo una hija preciosa
Claudia: ¿con tu prometida?
Culebra: si, con ella
Claudia: y ¿hace cuanto que estáis juntos?
Culebra: es complicado. Nosotros nos conocimos hace muchos años y estuvimos bastante tiempo juntos pero luego pasaron cosas y nos separamos. Y, por cosas de la vida, hace un tiempo nos volvimos a encontrar y resolvimos todos los problemas del pasado.
Claudia: y ahí ¿os prometisteis?
Culebra: si. Yo tenía claro que no quería dejar pasar el tiempo sin estar a su lado.
Claudia: madre mía. No pareces el mismo
Culebra: es que, como bien te ha dicho Sandra, la gente cambia.
Claudia: bueno Sandra ¿y tu?
Sandra: yo también estoy prometida y tengo una hija
Claudia: anda, que casualidad ¿y hace cuanto que estáis juntos?
Sandra: lo mio también es un poquito complicado de explicar porque estuvimos juntos hace años pero luego lo dejamos y tiempo después la vida nos ha vuelto a juntar. No sé, será que nuestro destino era estar juntos.
Claudia: que bien. Ay, me disculpais un momento, tengo que ir al baño.

Claudia se va al baño y en ese momento, Alex, que hasta ahora estaba siendo un mero espectador, decide hablar.
Alex: perdón que me meta pero ¿por qué no la habéis dicho que estáis juntos y que os vais a casar?
Sandra: es complicado
Alex: joder todo lo que te rodea es complicado
Culebra: (por lo bajo) si tu supieras
Sandra: mira Alex, no te voy a pedir que lo entiendas porque realmente es casi imposible, solo te voy a pedir que nos guardes el secreto ¿vale? Es muy importante que Claudia no sepa nada y mucho menos de lo de los poderes
Alex: tranquila, no diré nada.

En ese momento, Claudia regresa del baño y se sienta junto a los demás. Lo que queda de comida transcurre tranquila, pagan la cuenta y salen del restaurante.
Claudia: oye ¿por qué no vamos a tomar algo? Conozco un chiringuito aquí cerca que está genial
Sandra: no, no podemos. Es que nos tenemos que ir
Claudia: pero ¿por qué tanta prisa?
Culebra: porque nuestra familia nos está esperando para ir de excursión y no podemos dejarles plantados
Claudia: venga. Seguro que Mario lo entiende.
Sandra: que no Claudia de verdad, no insistas
Claudia: bueno, vale. Pero antes de iros, darme vuestros números y así estamos en contacto
Culebra: es que tenemos mucha prisa, de verdad Claudia. Pídeselos a Rosa, ella los tiene.

Antes de que Claudia pudiese replicar, Sandra y Culebra ya tenían los cascos puestos y estaban subidos a la moto.
Sandra: un placer volver a veros.
Culebra: lo mismo digo.
Alex: igualmente. Dale recuerdos a... bueno, na olvídalo.
Claudia: ¿a quien?
Alex: a nadie, me había confundido
Sandra y Culebra: adiós

Culebra arranca la moto y se van.

Claudia: ¿Crees que sospechan algo?
Álex: no sospechan absolutamente nada.

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