Capítulo 23

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Sandra, Culebra y Dora desayunan en familia en el patio de su casa, el resto de la familia aún está durmiendo, hoy se van todos juntos de vacaciones por primera vez en mucho y la pequeña Dora está de los nervios.

Dora: mami ¿puedo ir a despertar a los demás?

Sandra: no cariño, déjalos que descansen.

Dora: jo pero es que quiero que nos vayamos ya de vacaciones.

Sandra: ya lo sé Dora pero hay que dejarlos descansar porque el viaje es un poco largo así que necesitan fuerzas.

Lucía, Carlos y Lucas salen con su desayuno en la mano y se sientan junto con Dora, Culebra y Sandra.

Lucas: Buenos días parejita, buenos días Dora.

Sandra: ¿qué tal habéis dormido?

Lucía: bien, salvo por los ronquidos de Mario.

Culebra: hablando de Mario ¿donde está?

Carlos: durmiendo, debe estar cansado de tanto roncar.

Toda la familia rie. Continúan desayunando entre risas y anécdotas mientras la pequeña Dora se impacienta, quiere empezar ya el viaje pero parece que su abuelo no está muy por la labor de levantarse.

Lucía: Dora, no puedes ir a despertar a Mario.

Dora: tía Lucía ¡no se lee la mente de la familia!

Culebra: vaya canija me parece que la tía te ha pillado.

Dora: ¿por qué la tía Lucía si puede leer mi mente y yo no puedo?

Sandra: la tía lo ha hecho por tu bien para que el abuelo no se enfade contigo por despertarle.

Dora: valee, dejaré que el abuelo duerma un poco más.

En ese momento Mario aparece con su desayuno en el patio.

Mario: ¿tenías pensado despertarme princesa?

Dora: no, abuelo.

Mario: Dora.

Dora: Vale si pero es que quiero que nos vayamos ya de viaje.

Mario: tranquila, en seguida nos vamos ¿por qué no vas a terminar de preparar tus cosas?

Dora: valee.

Dora sale corriendo en dirección a su habitación entre las risas del resto de la familia.

Mario: bueno parejita ¿qué tal va todo?

Culebra: bastante bien la verdad.

Lucía: ¿y dora cómo lo lleva?

Sandra: ¿dora? Está feliz, creo que nunca la vi tan feliz como desde que Culebra vive con nosotras.

Lucía: y no es la única.

Toda la familia rie mientras Sandra se sonroja porque sabe perfectamente que Lucía se refiere a ella.

Sandra: bueno, voy a ver si Dora necesita ayuda.

Sandra le da un pico a Culebra y sube a ayudar a su hija que está con todo por los aires en su cuarto.

Carlos: que alguien le traiga un babero.

Lucas: o mejor un fregona.

Culebra: que gilipollas sois los dos.

Lucía: ¿cómo estás Culebra?

Culebra: feliz, ahora mismo tengo todo lo que siempre soñé pero...

Lucía: ¿pero que?

Culebra: (rascándose la cabeza) Tengo miedo.

Carlos: ¿miedo?

Culebra: si, miedo de que esta burbuja de felicidad se explote en algún momento pero bueno prefiero no pensarlo, prefiero disfrutar del momento y de ellas.

Lucía: así me gusta. Culebra, mírame, esa burbuja como tu le llamas no se va a explotar.

Culebra: bueno, ya. Vamos a terminar de preparar las cosas que en algún momento habrá que irse.

Toda la familia se levanta de la mesa y se van a terminar de guardar las cosas. Ya tienen todo recogido y comienzan a guardarlo todo en el coche. Sandra cierra la puerta de la casa y se dirige al coche con el resto de la familia.

Sandra: (agachándose a la altura de Dora) Dora cariño tu vas a ir con el resto de la familia en el coche y papá y yo os seguiremos con la moto ¿vale?

Dora: vale mami, tener mucho cuidado.

Sandra: lo tendremos, anda ven aquí (Sandra y Dora se abrazan).

Culebra se agacha para quedar también a la misma altura que su hija.

Culebra: canija portate bien durante el viaje eh.

Dora: si papi.

Dora y Culebra se abrazan. Todos se montan en el coche y Sandra y Culebra en la moto, arrancan y comienza el viaje.


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