Capítulo VI: Terror

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Declame: Los personajes aquí mencionados le pertenece a la genial reina del mundo magico: Rowling, yo simplemente uso solamente los nombres de sus personajes para escribir este fic, el cual espero sea de su agrado.

《《《》》》

Hermione salió al encuentro de Ginny en su sala común de Gryffindor, bostezando en el proceso.

— Creo que la fatiga es algo común en un embarazo temprano —dijo Ginny—. Lo que si… ¿estas tomando agua?

— Si. Y siento que no lo he hecho en un siglo.

— ¿Cuando se lo van a decir a sus padres?

— Pronto.

Ambas fueron rumbo al gran comedor, aunque tuvieron que hacer una pequeña parada en el baño, para que Hermione pudiera hacer su descargo de lo que había sido la cena de anoche. Al entrar al comedor pudieron visualizar a Luna y a Harry ya sentados en la mesa.

— ¿Te sientes bien? —le preguntó Harry, al verla que respiraba con un poco de dificultad y un poco cansada.

— Estoy bien —dijo, tratando que su estómago aceptara el zumo de calabaza que había recién tomado.

— ¿Segura? ¿Podrás ir a clases?

— Si Harry. No puedo darme el lujo de andar faltando.

— Esta bien…. Solo prométeme que cualquier cosa avisaras.

— Lo prometo.

El día había transcurrido realmente lento. Hermione tuvo que hacer un esfuerzo bastante grande durante la clase de Pociones, pues los olores de las especias de verdad que le provocaba ganas de vomitar. Esperaba que nadie lo hubiera notado, pero no creía que hubiera engañado a Draco.

Con pasos lentos había logrado llegar a su sala común. Si así eran estos primeros casi tres meses, no quería imaginar lo que le deparaban los otros seis. Hermione atravesó la puerta de su sala común y se acercó a las escaleras que se dirigían a los cuartos, cuando una voz la hizo detenerse.

— Mione. Necesito hablar contigo.

Al girarse, pudo ver que la voz provenía de Ron. Había tratado de no encontrarse con el pelirrojo, pues desde que había terminado con Lavender, había insistido en volver con ella.

— “Mione“ tienen el privilegio de decirme mis amigos más cercanos. Un privilegio que “tú“ perdiste hace mucho —dijo con voz neutra— además ¿que quieres?

Ron sonrió de lado.

— Oh, tranquila gatita, no es necesario que muestres tus garras —se cruzó de brazos y piernas— te he estado observando últimamente y no he podido evitar notar que estas yendo mucho últimamente al baño.

— ¿Y qué? Una persona normal tiene sus necesidades —algo en él no le agradaba en lo más mínimo.

— Bien dicho. Una persona normal lo hace y tú no lo eres. Una come libros como vos deja esas "necesidades básicas" en segundo plano.

— ¿Y a ti que te importa? —Trató de acercarse de a poco hacia la puerta de salida—. Sabes, esta conversación es inútil. Yo me retiro.

— Oye, te estoy hablando.

Ron se acercó a ella rápidamente, agarrando el morral que traía. Empezaron a forcejear, haciendo que la tira de la misma se terminar por romper, desparramando las cosas de Hermione por todos lados. Ella trató de juntar sus cosas rápidamente pero no pudo evitar abrir sus ojos al ver que Ron tenía el pergamino que utilizaba para hablar con Draco.

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