Su LED amarillo.

Capítulo 6: Malos tratos.

Por la mañana temprano me desperté por un ruido en la cocina, me levanté rápido para después bajar a investigar. Solo era Connor.

-¿Qué demonios haces en mi casa?- le pregunté molesta.

Estaba observando mi portátil, abierto sobre la encimera totalmente roto. Dirigió su atención a mi.

-Buenos días Bliss, he venido porque nos han asignado un caso sobre divergentes.- me habló. -Ha ocurrido esta mañana.

Le observé, sin expresión como siempre. Suspiré.

-Vale, voy a cambiarme.- advertí.

Subí las escaleras, sintiéndole detrás de mí. Me giré al llegar a la puerta de mi habitación.

-¿Por qué demonios me sigues Connor?- pregunté.

-Dijo que iba a cambiarse, no me mandó esperarla abajo.- me dijo serio.

-Tampoco dije que podías seguirme.- le respondí frunciendo el ceño.

Sí, seguía tremendamente molesta con él después de lo de ayer.

No se movió ni dijo nada así que solo suspiré de nuevo y me giré para buscar ropa. No tengo muchas opciones, casi toda mi ropa es negra y sencilla. Cogí unos vaqueros negros, unas botas hasta la rodilla y una camiseta de tirantes gruesos. Sentí su mirada en mi cuerpo al quitarme la camiseta.

-¿Te gusta verme o qué?- le pregunté cansada.

-Su cuerpo, está lleno de cicatrices y quemaduras.- habló Connor.

Me paralicé un momento para después seguir desvistiéndome.

-Lo sé, ¿algo más?- pregunté sin volverme a verle.

Me dirigí en ropa interior hasta la cómoda para cambiarla, sentí que me seguía. Me desnudé completamente antes de abrir los cajones en busca de una muda de bragas, me cogió del brazo suavemente haciendo que me girase. Sus ojos recorriendo todo mi cuerpo.

-¿A qué se deben esas marcas?- preguntó.

-Ya te lo dije, estuve en el incendio de mis padres.- respondí, quitando mi brazo de su agarre.

Lo hice calmadamente, sé que no tiene mala intención, solo está siendo como está programado. Un detective.

Sus ojos no dejaban de ver mi cuerpo, me sonrojé un poco. 

-¿Algo más?- pregunté.

Tardó en responder.

-¿Por qué hay marcas en sus partes íntimas? ¿Y las marcas que no son de quemaduras?- preguntó.

Abrí mucho los ojos, miré hacia abajo antes de coger y ponerme bragas nuevas, dándole la espalda.

-¿Nunca te preguntaste por qué me culparon del incendio?- le pregunté de vuelta.

No respondió por lo que seguí hablando.

-Aun viendo lo que ellos me hacían, prefirieron culparme del incendio antes que creer que ese "buen hombre" y esa "gran mujer" podían hacerle esas cosas horribles a su hija.- hablé. -Yo no provoqué nada, ellos sí. 

Me giré, no estaba cabreada, al menos ya no. Me sorprendí al ver a Connor con el ceño fruncido y su LED parpadeando entre el amarillo y el rojo. Nunca le había visto así.

-¿Ellos te hicieron esto?- me preguntó sin verme a la cara, sus ojos marrones fijos en mis cicatrices.

-Sí, pero ya está hecho.- respondí. -Y ellos muertos.