Capítulo 1: El chico de Wattpad

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Capítulo Uno: El chico de Wattpad

Estábamos en el receso riéndonos mientras nos gritábamos cosas sin sentido. Daniel, mi mejor amigo, que estaba a mi lado, a menudo me golpeaba suavemente en el estómago. Pero esta vez me golpeó fuerte y lamentablemente me hizo vaciar la comida que tenía en mi bandeja, haciéndome quedar en ridículo.

-¡Oh, Melissa, deberías tener más cuidado! -se burló mientras veía con atención mi rostro de espanto.

-¡Daniel, sabes que te odio! -chillé por todo el comedor haciendo sentirme el centro de atención por unos segundos. Mi cara enrojeció.

-¡Deberías haber visto tu cara! -Se rió nuevamente-. Parecías... Parecías tan adorable -dijo pellizcando mi nariz.

-¡Auch! -me quejé-. ¿Viste lo que acabas de hacer? -Lo recriminé con la mirada. Mi bandeja por suerte no manchó mi uniforme pero sí la mesa-. ¿Quién lo limpiará? -dije entrecerrando los ojos. Se encogió de hombros-. ¡Imbécil, imbécil! -Lo golpeé con todas mis fuerzas en su muy trabajado hombro.

-Sí que te pasaste niña... -dijo intentando sonar intimidante-. Sólo por esta vez iré a limpiarlo. Pero me golpeaste muy duro... -Se levantó de la mesa para limpiar con un paño.

Regresó con la cara más roja que un tomate y se llevó mi bandeja junto con el paño sucio. Se volteó a medio camino y me señaló:-¡Esta vez te salvas, Melissa! -Y continuó su camino.

Luego de verlo irse, colgué mi mochila en mi hombro izquierdo y me levanté como si nada del comedor.

¡Ay, pero que miedo me da, Daniel!, reí en mi interior.

Iba camino a mi asignatura favorita, inglés, cuando un chico desconocido se estrelló conmigo en el camino.

-¡Auch! -me quejé. El chico se volteó; llevaba una bufanda gris y un gorro negro que le tapaba su incógnito cabello.

-L-lo siento... -murmuró sin mirarme. Siguió caminando por los pasillos y se detuvo antes de que me diera media vuelta:-¿Tú eres Melissa? -dijo mirando fijamente a mis ojos azules. Abrí los ojos como platos.

-S-sí -respondí nerviosa con una voz apenas audible. Levanté la vista y lo miré directamente a los ojos. Aquél chico me resultaba algo familiar.

-Soy Christian -respondió seco.

Christian, Christian, Christian... Algo de él lo reconocía.

Claro, Christian, mi fan número uno de Wattpad, como no olvidarlo, como no olvidar que él también viene a este liceo, pero, ¿cómo es que nunca nos encontramos? Yo conozco a cada rincón de este liceo pero jamás lo había visto en persona. Ni siquiera en Wattpad tiene puesta una fotografía de él. ¿Cómo iba a reconocerlo?

-Verás, te reconocí por tu bufanda rosada... -Me señaló la femenina bufanda que traía puesta y luego soltó una risa nerviosa. Yo arqueé una ceja.

-Sí, lo sé. Aún me gusta el rosado -Me encogí de hombros. Christian se acercó unos centímetros más y pude ver más nítido su cuerpo. Traía un abrigo negro que le ocultaba hasta las rodillas.

-Y a mí aún me gusta lo negro -Hizo una mueca algo divertida.

-Nunca te había visto... -Me acerqué más viendo su reacción.

-Será que porque cuando vengo me oculto en el tercer piso -me susurró en el oído, enviando cosquilleos por mi espalda.

-Vale, ¿de qué o de quién te ocultas? -Fruncí el ceño. Él endureció sus facciones. Hizo una mueca extraña y se mordió el labio-. Si quieres no me digas -dije con la voz más dulce que jamás me hubiera salido.

-¿Quieres que vayamos arriba y hablemos? -dijo jalando mi bufanda y riendo.

-Deja mi rosa -Le saqué la lengua y tiré la bufanda haciendo saber que me pertenecía.

-Pues no tocarás mi bufanda...

-Vale, vale. Lo siento. ¿Me prestas la tuya un momento? -dije haciendo un puchero, intentando convencerlo-. ¡Ya no quiero ésta bufanda rosa! -exclamé viendo como se le formaba una curva en los labios.

-Mmmhh... ¡Pero ni de loco me quedo con la tuya!... -Se desenrolló la bufanda sujetada del cuello. Lo fulminé con la mirada.

-¿Y... Desde cuándo que te gustan mis poemas? -dije olfateando su bufanda.

Aww... ¡Es exquisito!

-Desde que los encontré por casualidad en Wattpad... Y ¡deja de olfatear mi bufanda! Ya sé que tengo buen perfume -dijo torciendo la cara-. ¡Estás roja! -Rió mientras yo me trataba de comportar.

-Me gusta el olor, ya lo admití -dije mirando al suelo, avergonzada.

-¿Q-que te gusta qué? -dijo riéndose.

-N-nada -susurré.

-Así que te gusta observar las cosas... -dijo pensativo mirando a nada en particular-.... Dime, ¿cómo qué cosas te gusta observar?

-Mmh... Buena pregunta. Creo que todo. Es que...

-¿En quién o en qué te inspiras? -Me jaló el brazo para que subiéramos al tercer piso.

-Generalmente en la naturaleza, en personas, o en cosas como...

-Bien, y...

-Y ¿tú sólo eres un lector "anónimo"? -Alcé una ceja. Él frunció el ceño.

-Yo sólo leo... A veces poemas o novelas de suspenso -dijo divertido-. Pero jamás he escrito una en Wattpad. Digamos que por eso soy "anónimo".

-Ahh... -Quedé sin palabras. Mantuvimos el silencio por unos diez segundos hasta que nos sentamos en un rincón.

-¿Eres...? ¿Qué tipo de chica eres? -dijo tragando saliva.

-Soy una chica -Me encogí de hombros.

-Pero, ¿de esas que...? -Se mordió el labio con cierta incertidumbre.

-Soy de esas chicas que en el liceo habitan aproximadamente un dos por ciento -dije mirando su reacción.

-Ahh... ¿Estás en tercero?

-Sí, ¿tú igual?

-También -dijo suspirando. Y volvimos a quedarnos sin palabras que dirigirnos el uno al otro-. Creo que... -comenzó a decir-.... Debo irme... -Paró un momento observando mi reacción. Sus ojos eran similares a dos diamantes pequeños. Tenían un brillo especial. Eran de color café. Tenían tal intensidad que te hipnotizaban. Eran profundos y... Hermosos...

-Mmh... -dije incómoda.

-Lo siento. Adiós... -Se levantó del piso.

-¿Cuándo nos volveremos a ver? -Me levanté mirándolo.

-...Ehh... Cuando quieras -Sonrió enseñándome sus frenillos. Es la primera vez que lo veo sonreír y creo que es la sonrisa más tierna que he visto.

¡No te pongas cursi, Melissa!

-¿Puedes mañana? -asintió. Mi estómago dio un leve vuelco. Sonreí.

-Dame mi bufanda... -Me la desenrolló suavemente. Sentí sus frías manos en mi cuello. Me hacía cosquillas. Nos miramos y volvió a hablar:-Nos vemos, Melissa.

-Nos vemos, Christian.

-No seas tan cursi, niña -dijo acercándose, y me acarició el cabello por unos pocos segundos.

-No lo soy.

-Lo eres. Tus poemas lo dicen todo -Enrojecí de inmediato-. Bueno... Adiós, Melissa, cursi... ¡niña cursi! -Se rió y me contagió de su risa única. Levantó ambas manos, despidiéndose y desapareció por las escaleras del tercer piso...

Wow!!! Primer capítulo c:
Espero que les guste

PD: Christian en multimedia, el de la foto :)

-Kothe.

Tú y mis cursis poemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora