Towa no recordaba cuando fue la última vez en que sus familiares la abrazaron por mucho tiempo, pero se alegró cuando su tía Kagome por fin la soltó.
—Sean bienvenidas —les dijo, una vez que arribaron al lugar.
El departamento de Sota estaba ubicado en el área céntrica de la ciudad, algo que beneficiaba a Towa ya que ella se había crecido en otro lado. La familia Taisho les había preparado una sorpresa por su llegada. Rin se sentía muy agradecida por ello, sabía que le pedía mucho a su prima y más a Inuyasha, pero sentirse recibida por ellos hacía que todo valiera la pena.
—¡Towa! —la voz de una niña se escuchó por el corredor, el ruido de sus pies anunció su llegada.
—Hola, Mei —saludó Towa cuando vio a la pequeña y le dio un abrazo.
—Me alegra que hayas llegado —habló Mei, muy contenta por tener compañía— ¡Vamos a dejar tus cosas en tu cuarto!
—Claro —sonrió Towa.
—La pequeña esta muy feliz de tener compañía —Inuyasha comentó al ver a sus sobrinas irse tomadas de la mano—. Espero que esto salga bien.
Rin soltó el suspiro que llevaba conteniendo.
—Ya verán que sí, pase lo que pase, todo estará bien —respondió Rin, recordando las palabras de su antigua jefa: la añoranza la invadió, pero no se dejo dominar por eso, necesitaría de todo su valor para hacer frente a la nueva vida que de ahora en adelante llevaría con su hija y todo lo que implicaba.
—Yo no estaría muy optimista, querida Rin ya que...
—Inuyasha —Kagome advertía con su voz—, Rin ha tenido suficiente con el viaje, lo mejor sería que se relajara, por cierto, ¡Hice bocadillos!
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—¡Y este será tu cuarto! —Mei abrió la puerta de un tirón, dejando entrar a Towa, sin imaginar la sorpresa que había dentro.
Lo primero que captó su atención fue la cama que estaba en una esquina, seguido de los guardarropas que esperaban ser llenos con sus prendas, Towa caminó hacia el centro de la habitación, dejando la caja que llevaba en manos, al darse la vuelta para mirar a Mei, alguien entró en su campo de visión: llevaba una blusa blanca y shorts rojos, su cabello negro recogido en una coleta y su distinguido moño rojo, muy característicos de ella.
—Bienvenida, Towa —la recibió Moroha.
Towa sonrió, y acortó la distancia que la separaba de su prima para estrecharla en un fuerte abrazo. Mei sonreía, muy contenta de que la sorpresa fuera bien recibida por parte de la recién llegada.
—Bueno, ya fue mucho por hoy —Moroha rompió el abrazo, dándole unas palmadas en la espalda de Towa, mientras trataba de secar las ligeras lágrimas que le salieron, no quería verse como una llorona.
—Creí que no estarías aquí —le respondió Towa.
—¿Y perderme tu llegada? No señor —contestó, abriendo la caja que Towa había dejado y comenzando a sacar la ropa que traía en el interior—. Además, mis padres me han dado permiso para salir con unos amigos este fin de semana, así que debemos dejar todo listo para que vengas con nosotros.
Towa sonrió ante la propuesta de su prima.
—Una salida no creo que sea lo mejor...
—¡Tonterías! Creo que es lo esencial —respondió Moroha, pasándole una prenda a Mei, que las ayudaba—, aparte, no creo que la tía Rin se niegue.
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De amores y otros enredos
FanficCatorce años han pasado desde la ultima vez que supieron uno del otro, sin embargo Sesshomaru Taisho no ha olvidado por completo a Rin. Por otro lado, ella se ha dedicado en cuerpo y alma a criar a su adorada hija, Towa. Ambos tienen un recuerdo de...