La búsqueda de Rin

100 11 12
                                    


El sonido de una llamada lo devolvió a la realidad. Sesshomaru contemplaba la ciudad desde la ventana de su oficina, después de lo ocurrido se dirigió de nuevo al trabajo, llamó a Jaken de inmediato y ahora lo esperaba.

—Disculpe la demora, señor Taisho —Jaken entró por la puerta, jadeando por el esfuerzo— aquí me tiene.

Sesshomaru suspiró y volteo a mirar a su empleado. Se acercó con cuidado a su escritorio y sacó un sobre amarillo que puso sobre la mesa. Mucho tiempo había transcurrido desde la última vez que leyó la información que contenía, sin embargo, conocía de memoria lo escrito en esas hojas.

—Todo lo que necesitas está aquí —le informó a Jaken, señalando el sobre.

Perplejo, Jaken tomó el sobre.

—¿Quiere que investigue a esta persona? —preguntó, hojeando la carpeta.

Jaken se sorprendió al leer la información.

Higurashi Rin

6 de febrero 1980

Kanazawa, prefectura de Ishikawa, Japón.

Vista por última vez: 12 de noviembre 2000.

—Debo decirle que me asombra que busque a esta persona, más si han pasado quince años desde la última ocasión que la vieron—comentó Jaken—, para mí que esta mujer debe estar bien muerta.

—No lo está —le cortó Sesshomaru—, la he visto esta tarde por Ginza.

—¿Está seguro de eso?

Sesshomaru levantó una ceja en respuesta.

—¿Insinúas que me he confundido?

—Bueno —comenzó Jaken—, han pasado muchos años y las personas cambian, es muy probable que haya visto a una persona que se parecía a ella.

—En ese caso, puedes empezar recabando información con la familia de la esposa de Inuyasha.

—¿La señora Kagome?

—Así es, ellas son primas.

—Si me lo pregunta señor —habló Jaken—, creo que mis habilidades se pueden aprovechar en otro trabajo, esto podríamos...

—Tus habilidades son las adecuadas para esta labor —la voz de Sesshomaru no daba lugar a replica—, pero si no quieres, le asignare la tarea a otro.

Jaken guardó silencio ante las palabras de su jefe.

—No tengo ningún problema con lo que me ha mandado, señor.

Sesshomaru asintió, se levantó de su lugar y se dirigió a la salida.

—Solo te recuerdo que debes manejar este asunto con discreción.

—Seré una tumba.



Los días habían transcurrido en completa normalidad, mientras Jaken realizaba investigación de campo, Sesshomaru se mantenía ocupado en el trabajo. Con frecuencia, más de la habitual se preguntaba qué había sido de la vida de Rin estos últimos años. Imaginarla en diversos escenarios lo distraía de sus labores, una sensación de incertidumbre lo embargaba al pensar que ella podría estar rehaciendo su vida lejos de la ciudad.

Por otro lado, cada que se encontraba con Inuyasha se preguntaba si él tenía información que no compartía. ¿Había estado su hermana al tanto del paradero de exesposa todo este tiempo? Gran parte de la respuesta era afirmativa. Tal vez su hermano no conocía con certeza la ubicación de Rin, pero su mujer sí.

De amores y otros enredosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora