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La primera vez que Yoshiko quiso pedirle una cita a Hanamaru, un perro le orinó encima. Así de pésima era su mala suerte.

No mentiría, estaba casi un cien por ciento seguro de que sería rechazada. Es decir, ella era realista... Hanamaru era linda, hermosa, un amor de persona. Ella en cambio era medio prieta, usaba anteojos, sus dientes sobresalían y sufría de acne. En pocas palabras era tan horrible que ni los filtros lo arreglaban, pero sólo era una mocosa de 16 en ese entonces.

Y sin embargo, milagrosamente, Hanamaru aceptó salir con ella y por un momento imaginó que tendría su final feliz, que viviría con ella por el resto de su vida, que todo sería mágico y perfecto... o eso creyó.

Para empezar, Hanamaru tenía un pequeño GRAN problema con todo y mayúsculas y ese era su hermana mayor, KANAN.

La chica tenía complejo de hermana mayor heroica y no dejaba que Yoshiko pasará más de cinco segundos a solas con Hanamaru. Kanan se encargó básicamente de arruinar y volver incómodos todos y cada uno de sus momentos. Incluso iba con ellas a las citas y se aseguraba de pedir las cosas más costosas para que Yoshiko las pagara lo cual no era verdaderamente malo siempre y cuando pudiera ver el rostro feliz de su novia.

Luego estaba el hecho de que Hanamaru tenía una ex novia que además era la mejor amiga de Kanan; Takami Chika.

Yoshiko sería honesta, Chika era una buena chica, ruidosa y desastrosa pero muy amigable. Era el tipo de personas que parecía tener energía todo el tiempo, la suficiente como para iluminar una ciudad entera durante días. Era directa y desde el principio dejo claro lo que pensaba de ella

—Me agradas, pero soy más guapa que tú– aquel fue su saludo formal cuando conoció a Yoshiko y lo peor es que lo dijo con una sonrisa tierna.

Y por último pero no menos importante... Las mejores amigas de Hanamaru, Kasumi y Karin.

Esas chicas tenían de maldad lo que tenían de hermosas. Yoshiko descubrió que estas chicas eran algo parecido a los jueces del diablo y tenían una poderosa impresión sobre Hanamaru. Probablemente de ambas, Kasumi era quien más problemas daba pero no importaba, Yoshiko era feliz junto a Hanamaru y nada podía destruir esa alegría... O eso creyó... x2

La primera vez que intentaron dormir juntas luego de deshacerse de Kanan y tras casi un año de relación, las cosas fueron un poco... desastrosas.

—Nunca he estado desnuda frente a otra chica– murmuró Hanamaru, sus mejillas muy sonrojadas y una pequeña toalla cubriendo su hermoso cuerpo.

—Yo tampoco– alcanzó a decir Yoshiko mientras agachaba la cabeza cohibida y se cubría torpemente con una almohada decidiendo que había sido muy tonta de su parte quitarse la ropa tan rápido.

Hanamaru sonrió, ellas no servían para ese tipo de cosas.

—¿Quieres ver la película de Ironman?–.

—Traeré palomitas–.

Y así fue como su primer intento para tener sexo fracasó y el segundo no fue mucho mejor. Cada vez que lo intentaban la vergüenza era mayor y finalmente llegó el momento en que decidieron que no era realmente importante tener relaciones sexuales. Ambas estaban bien sin tenerlas, todo iba perfecto entre ellas... O eso creyó... x3

Todo ocurrió de manera inesperada dos años y medio después de empezar a salir oficialmente como pareja. Yoshiko no era precisamente amiga de su cuñada, tampoco se llevaba de maravilla con las mejores amigas de su novia y menos aún con la ex novia de Hanamaru pero las cosas podrían ser peor, justo como cuando Riko apareció en escena.

El club de las Ex-sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora