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—Te acostaste con ella ¿verdad?– Chika daba pasos largos tratando de seguirle el ritmo a Riko quien avanzaba velozmente por la calle en dirección al restaurante donde se reuniría con las otras.

—Claro que no, no estoy tan loca como tú– reprochó Riko antes de que su mente la traicionara y una vocecita al fondo de su cabeza dijera; "pero ganas no faltaron".

—Eso es lo bueno de la versatilidad que te cargas– Chika sonrió.

Riko le hizo mala cara y siguió su camino hasta alcanzar a divisar la fachada del restaurante estilo campesino. A lo lejos divisó una peliazul y a su lado una peligris

—Las demonios – comentó Chika por lo bajo al verlas también.

Karin y Kasumi se encontraban a las afueras del restaurante. Karin le sacaba fotos a Kasumi con el iphone de esta quien hacía poses estilo Kim Kardashian que luego subiría a Instagram para presumir.

—Ah, vaya– Kasumi dejó su trabajo de súper modelo de lado al divisar a Riko y Chika—ya era hora–.

—¿Y Hanamaru?– Riko ignoró el comentario.

—Tarde, como siempre– fue Karin quien respondió mientras observaba la pantalla del celular de Kasumi—¿quién es "Mommy" y por qué te esta mandando fotos desnuda?–.

Kasumi dio un paso largo y le arrebató el aparato de las manos al tiempo que se ajustaba los lentes de sol en cuyo reflejo se alcanzaba a ver el cuerpo de alguna mujer de edad madura. Chika esbozó gesto de desagrado pero aún así se acercó un poco mas tratando de espiar.

—Hanamaru dijo que Yoshiko aceptó ir a la boda ¿es verdad?– Karin ladeó la cabeza y cruzó los brazos, esperando a que Riko le respondiera.

—Es una idiota– murmuró la pelivino entre dientes.

—¿Cuál de las dos?– sonrió Kasumi.

Riko dejó de hablar cuando un auto completamente negro se detuvo frente al restaurante y de su interior salió Kanan vistiendo un ajustado traje de tres piezas en tono gris oscuro. La chica entregó las llaves al hombre del estacionamiento y caminó hacia el grupo ajustando su saco. Sus anteojos le daban un toque intelectual mientras su cabello ligeramente peinado hacia un costado dejaba un disimulado fleco que caía en forma de arco sobre su frente.

—Veo que no llego tan tarde como imaginé– mencionó al acercarse y comprobar la hora en su reloj.

—Tú y Hanamaru tienen problemas con la puntualidad– dijo Chika al tiempo que daba un familiar choque de puños con la mayor.

—Ya nos conoces– Kanan se encogió de hombros y dio un rápido abrazo Chika, sonriendo hasta marcar sus hoyuelos.

Riko lanzó una mirada alrededor, aún faltaba alguien, en realidad. ¿Acaso no iba a ir?

Su pregunta fue respondida cuando giró y encontró a la peliazul de pie junto a uno de los pinos que adornaban la entrada del restaurante. Yoshiko parecía nerviosa e indecisa mientras observaba desde esa distancia al grupo de conocidas.

Era ridículo lo bien que podía verse con algo tan simple como pantalones de mezclilla oscuros y una camisa color mostaza fajada y con los puños alzados hasta mitad de ante brazo.

Los ojos de la peliazul cayeron sobre ella. Riko quería reír, Yoshiko se veía totalmente perdida, como si fueran a morderla en cuanto se acercara a saludar. Probablemente Riki la mordería si pudiera, siendo honesta.

—¿No vienes?– dijo, alto y fuerte para llamar la atención del resto.

Cuatro pares de ojos mas cayeron sobre Yoshiko quien de pronto parecía estar a punto de echar a correr.

El club de las Ex-sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora