Capitulo 2

91 6 1
                                    

Las horas pasaron, poco a poco la noche iba cayendo en la selva y todas las aves iban enseguida a sus hogares, ese fue el caso de Tiago, quien luego de un buen rato jugando con su amiga, por fin regreso a casa, sin embargo, al llegar ahí, vio como su madre Perla y la tía Mimi estaban ahí junto con su papá y sus hermanas.

—Hola, ¿que pasa?— pregunto el pequeño acercándose, aunque por las expresiones de sus familiares, era posible que sea por algo malo.

—Tiago, tenemos malas noticias— dijo Perla tomando a su hijo de la ala, llevándolo con sus hermanas, quien también se veían algo preocupadas.

—Miren... su Abu Eduardo se encuentra mal de salud, quizá es porque ya está muy mayor, pero... es posible que en estos días, el ya no esté con nosotros— decía la tía con notable tristeza, limpiando unas lágrimas que salían de sus ojos.

—¡¿Que?!— preguntaron los trillizos al unísono, con cara de no poderse creer esa noticia, sabían que estaba enfermo, pero no al punto de llegar a morir.

—No... ¿enserio?— Carla solo mira a los adultos con preocupación. —Pues ¿cuántos años tiene?—

—Tengo entendido que tiene 48, el promedio de vida de los Guacamayos es al rededor de 50, así que... bueno, entiendo que ya no de para más— respondió Bia también algo sorprendida por la noticia, pero más que nada, se empezaba a formar una expresión triste en su rostro.

—Pues si, yo aún no me puedo creer esto, pero, siento que es mejor tener la noticia anticipada, antes de que, solo se fuera sin más— decía Perla suspirando, sin querer ver a sus hijos, tratando de apartar la mirada y evitar ver sus expresiones.

—Si... es raro de pensarlo la verdad, pero así es la cosa... no podemos hacer nada en contra de esto...— dijo Blu también con desánimo, abrazando con su ala a Perla, quien enseguida se abrazo a el para sollozar en su hombro.

—y... ¿que pasara si el, ya no está con nosotros?— pregunto Tiago, pero el no se veía triste por la noticia, en cambio, estaba pensativo, empezando a Considerar una muy mala idea.

—Pues, me pidió a mi y a Perla que nos hiciéramos cargo, y quizá podamos, pero no se si estemos a la altura, no pensé que este día llegaría...— Mimi suspira, ya apartando su mirada también.

—Ya veo...— Tiago miraba al suelo, esa idea de su mente era cada vez más presente, pero no sabía si revelarla a las demás aves del lugar.

—Si, esperemos el este bien, independientemente de si somos las nuevas líderes o no, no quiero que se muera... ¿verdad?— pregunto Perla mirando a sus hijas e hijo, ellas negaron con la cabeza, también empezando a soltar unas lágrimas por la situación.

El ambiente era abrumador, ninguna de las aves sabía que decir al respecto, era un momento pesado para la familia ahora mismo, pues, estaba la posibilidad de que un padre, un hermano, un amigo y sobretodo, un abuelo, falleciera.

Paso un rato en el nido, Perla y Mimi regresaron con Eduardo, mientras Blu se quedó a cuidar a los Trillizos, pero más temprano que tarde se quedó dormido, afortunadamente para el, Bia y Carla también habían quedado dormidas, aunque en sus ojos cerrados se podía notar la tristeza que ambas sentían.

En cambio, Tiago se levantó de su cama de hojas, caminando con cuidado por el nido hasta llegar a la puerta, y ya ahí, salió volando una vez más.

La selva se encontraba muy oscura, pero gracias a que Blu había colocado iluminación a base de lámparas artificiales en la aldea, era fácil poder orientarse, pero tenía que guardar silencio para que nadie lo viera. Al poco tiempo llegó a la cascada donde Bia tenía sus cosas, al acceder ahí, vio como todo estaba en su lugar aún, lo cual era bueno, pues la tuvo fácil para llevar a cabo su plan.

Nuestro Hogar | Rio FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora