Capitulo 4

80 6 2
                                    

—Mmhhh... ¿Ah? Donde... ¿Dónde estoy?— se preguntaba una Guacamaya a si misma, sin tener idea de dónde se encontraba ahora. Ella volaba sin rumbo alguno, todo era oscuro, aún más negro que la misma noche, aunque aquella Guacamaya si se podía ver a si misma, notando el azul de sus alas y el resto de su cuerpo, seguía sin ver nada más que el negro infinito de ese espacio interminable.

La hembra continuo así, descendiendo poco a poco a ver si lograba llegar a una superficie para poder detener su vuelo, pero nada, era como si este no existiera, solo un vacío en la nada absoluta.

—No no... ¿que es esto? ¿Dónde demonios estoy?— se preguntaba ella con desesperación, pero enseguida empezó a gritar ya con miedo. —¡BLU! ¡TÍA MIMI! ¡CHICOS!— todo esto mientras continuaba volando veloz, pero ni siquiera se podía escuchar un eco, solo su voz ahogada por su propio miedo. —¿HOLA? ¿ALGUIEN ESTA AQUÍ?—

Ella no sabía que hacer ya, solo, mirando al infinito mientras sus alas empezaban a cansarse, dejando de batirlas poco a poco, a la par que empezaba a descender, ya con los ojos lagrimeando del pánico y la ansiedad que esto le provocaba. Pero, mientras ella descendía, empezó a escuchar algo, no podía identificar que era, pero definitivamente, venía de abajo.

—¿Q-que...?— ella bajo la mirada, logrando ver allá abajo unas manchas blancas, pero no estaban fijas, todas se movían de un lado a otro. La hembra se extraño por eso y decidió descender aún más para verlo más de cerca. Poco a poco notaba que no eran manchas del todo, eran como... hormigas, como cuando dejas algo de comida abandonada y de la nada estos insectos aparecen para cubrirlo por completo, caminando y trepando una encima de otra con tal de comer un poco de aquel alimento que todas unidas fueron a buscar.

La hembra veía esto con atención, con más dudas que respuestas, mas cuando al descender más, vio que no eran hormigas, más bien, otros Guacamayos, todos de un color apagado, en tonos grisáceos, caminando torpemente, chocando entre si. Ella no sabía que decir ante esto, no esperaba ver tal cosa, y mucho menos oírlo, pues entre aquella multitud, notaba murmullos, llantos, quejidos de dolor, cosa que hizo que ella se acercara todavía más para saber que estaba pasando.

—¡O-oigan! ¿Que ocurre? ¿Todo Bien?— pregunto Alzando un poco la voz, y enseguida llamo la atención de aquellos Guacamayos, los cuales al verla, enseguida levantaron sus alas hacia ella, tratando de alcanzarla, mirándola con odio, gruñendo y dando graznidos violentos, gritando todos al unísono, empezando a trepar unos sobre otros para estar más cerca.

Ella se alarmo al ver aquello, aleteando fuerte nuevamente para subir y mantener a los Guacamayos lejos, ya viéndolos detenidamente, noto como todos aparte de no tener colores en sus plumas, tenían los ojos completamente en blanco. La Guacamaya continuo subiendo, no lo había notado antes, pero entre más subía mientras miraba abajo, vio la infinita multitud de aves, todas alzando sus alas para alcanzarla, sin duda alguna, era algo extraño a la par que aterrador, no se podía explicar que era esto y que estaba pasando, solo viendo la escena con horror y miedo... Más cuando de la nada empezó a escuchar su nombre, alguien estaba llamándola, una tenue pero entendible voz gentil diciendo: "Perla, ¡Despierta!".

La hembra presto atención a aquel llamado, sin saber de dónde venía, pero solo empezo a sentir como alguien la tomaba de su ala y la jalaba con fuerza, escuchando más y más fuerte a esa voz repitiendo: "Perla, esto es urgente, ¡levantate!"

__________________________________

—¡AAHHH!— exclamó ya dando un brinco y abriendo los ojos, viendo como enfrente estaba un Guacamayo azul, con una expresión de preocupación en su rostro. —Donde... ¿Dónde estoy?— pregunto mirando a su alrededor, algo aliviada de estar en un nido, pero aún así, le preocupo un poco ver la cara de aquel Guacamayo.

Nuestro Hogar | Rio FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora