Hoy no

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El balcón se hallaba casi en penumbra, mientras una solitaria Enid encendía su último cigarrillo de la noche. 

Sabía que no podría seguir fumando una vez que llegara ella, le molestaba tanto el humo, pero era tan reconfortante para sus noches que no podía evitarlo, mientras divagaba en qué aventura se encontraría ahora, que persona estaría sometiendo, porque quizás se lo merecía, extrañándola en cada bocanada que exhalaba de sus pulmones, como si respirar ese humo le trajera hacia su abrazo.

Sacudió la cabeza.

El cigarro te matará un día de estos 

— Wends, no pensé que llegarías temprano hoy —lanzó la colilla al suelo y la pisó—

— No pensaba, pero terminé antes de lo esperado.

Pudo notar que sus manos se encontraban ligeramente lastimadas, por instinto se acercó a ella pero la morena retrocedió.

Cierto, cero contacto.

Dedos se encargará de curarme, deberías ir a dormir hace algo de frio.

Estaré bien un rato más aquí.

La morena la miró, como si tuviese la intención de decir algo y se contuvo, dio media vuelta y regresó a la habitación, Enid respiró aliviada, no hubiera sido capaz de aguantar esa lágrima por más tiempo, se apoyó nuevamente en el balcón y lloró en silencio, como hacía desde hace varias noches.

Justo como aprendió a hacer cuando entendió que quererla de esa manera era una pérdida de tiempo.

Esa noche fue igual, regresó del balcón al dormitorio cuando ya todo se hallaba en un silencio mortal, sabía que Wednesday ya se encontraba durmiendo, era más fácil así, sus ojos hinchados serían una incómoda explicación y no quería tener que mentirle.

Se acomodó sobre su cama y se escondió tras las frazadas multicolores, de debajo de su almohada sacó un una prenda oscura y se aferró a ella, no tenía ya su aroma pero era lo que le permitía descansar, como si pudiese sentirse abrigada por un abrazo imaginario y así solo esperó hasta descansar.

Las mañanas en Nevermore solían ser las mismas siempre, se alistaban, iban a clases, ella se refugiaba en el dormitorio de Yoko y luego regresaba a la hora usual en la que sabía que Wednesday no se encontraba, pero esa mañana era diferente, puesto que luego de la graduación que se dio hace uno días a atrás, les tocaba abandonar el lugar. 

Se encontraban en el patio, dispersos en pequeños grupos, Enid podía ver a los lejos a Wednesday sumergida en uno de sus libros y tomando algunas anotaciones, regresó a la conversación con la vampiro cuando esta interrumpió sus pensamientos.

¿Cuándo piensas decirle?

Shhh Yoko, te puede escuchar.

Oh vamos... no tiene un micrófono y su oído no llega hasta este extremo, te la estás comiendo con la mirada, poco falta para que tu lobo salga y se le lance encima.

La rubia le tapó la boca luego de esa última frase y ella volteó nerviosa a observar a Wednesday que seguía en la misma posición, respiró aliviada.

No tengo nada que decir, ni siquiera se porqué te conté.

Porque no dejabas de aullar en todos los rincones.

Solo fue una vez.

Echa un mar de lágrimas bajo la lluvia, así te encontré cuando alcancé a leer tu mensaje.

Wends... ella —se mordió el labio— no puedo Yoko, créeme que no puedo. Lo he pensado mil veces ¿sí? y no estamos en ese mismo lugar, ella tiene sus cosas, su vida y yo simplemente, saldremos de aquí hoy y no volveremos a vernos nunca más, es todo.

¿Tienes aún la carta contigo no?

Si

Bueno si "nunca más la vas a ver" —hizo un gesto de comillas con las manos— no te molestará entregársela, no tiene como encontrarte y podrás desaparecer pero ¡debes decirle!

Durante el resto de la jornada y mientras se dedicaban a empacar preparándose para la graduación Enid estuvo tentada varias veces, guiada por las palabras de Yoko, a entregarle la carta pero cada vez que intentaba terminaba frenándose, en uno de esos intentos Thing la vio guardar el sobre y estuvo esperó a que Wednesday saliera primero antes de intervenir a Enid.

¿Qué pasa Thing? No puedo llegar tarde

La mano gesticuló con rapidez un par de golpes sobre el colchón y luego señaló el bolsillo de la rubia.

Ah, eso. Uhmm... no es nada importante.

Thing insistió e Enid resopló.

Ok, ok si, es una carta para Wends pero la verdad pensé lanzarla a la basura.

"¿Ella te gusta no?", pudo leer en las señas de la mano mientras sus mejillas se encendían.

¡No! O sea, si pero es que agh. Olvídalo, esto es una estupidez, lo pensé bien. No va a funcionar, no gano nada con esto y no quiero ser una carga emocional para ella.

Sacó la carta de su bolsillo y la miró por una última vez recordando las palabras mientras caminaba hacia el bote de basura.

"Para Wends:

¿Sabes? Nunca supe como iniciar esta carta, y es porque siempre que intentaba empezar algo me detenía. 

Siempre pensé que conocerte era todo un reto, nunca imaginé que mi tiempo compartido contigo se convertiría en algo más que eso. 

Me has hecho romper con mis propios esquemas, mis lealtades, mi familia e incluso abriste un espacio que creía desconocido en mis amigos.

Llevo días, semanas, meses dando vueltas a esto. Noches que no duermo aferrada a esta necesidad que empecé a sentir de tu cariño.

Al inicio pensé que era por amistad pero me has transformado. ¡Y también lo digo literal! Mi lobo interno te respeta y te siente tan cerca de su corazón como yo.

Te has convertido en un frío necesario en mi vida, y ahora que vengo aquí con el corazón expuesto solo me queda terminar contándote que aunque en esta vida tu camino se aleje de mi, mi corazón te extrañará.

Me gustas Wednesday, porque la marca que dejaste en mi es indeleble.

Y cada vez que escuché el extraño augurio de la muerte ante tu ausencia, cada vez que vea algo aterrador, y suena la música más tétrica, pensaré en ti y en como extrañaré nuestro tiempo.

Enid."

Cerró la puerta tras de si con la carta arrugada en el bote de basura.


OFF:

Tenía este borrador hace un tiempo y siento que debía sacarlo de mi sistema, no estoy segura si continuarlo o no, solo pensé que también a veces la vida puede ser... impensable.

Gracias por pasar a leer.



Hoy no - WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora