Capítulo 02

190 33 3
                                    

Chimon se fue despertando lentamente para encontrarse tendido sobre su espalda, fuera de su cubículo. Durante un segundo no pudo moverse en absoluto; entonces su cuerpo lentamente comenzó a funcionar otra vez.

Lo primero que vio fue el ceño preocupado de Ging.

Lo segundo, fueron dos paramédicos sentados a su lado. Su jefe, con varios otros compañeros de trabajo, se mantenía a distancia a un lado frunciendo el ceño hacia él. La cara de John le dijo que el único pensamiento en su mente era cuanto trabajo administrativo tendría que completar por esto.

—¿Qué pasó? —preguntó Chimon.

—Te desmayaste —dijo Ging. —Fue como si estuvieras congelado o algo.

Chimon se cubrió la cara con sus manos mientras se llenaba de vergüenza. Era su suerte, tener el sueño más erótico de su vida, delante de media oficina.

¡Oh Dios, me quiero morir!

—¿Cómo se siente? —preguntó el paramédico a su derecha mientras lo ayudaba a sentarse.

—Me siento... — Su voz se desvaneció. Se sentía increíble, en realidad. Mejor de lo que alguna vez se hubiera sentido antes.

—¿Señor? —insistió el paramédico. —¿Está usted bien?

Chimon cabeceó, intentando desesperadamente agarrarse a la imagen de V'Perth, pero se descoloró y lo dejó sintiéndose extrañamente solo.

—Estoy bien, en serio.

—No sé —dijo Ging. —Ha estado actuando muy extraño últimamente. No ha estado durmiendo. Tal vez una corta estadía en un hospital donde pueda dormir...

—¡Ging! —interrumpió Chimon. —¿Qué intentas hacer?

—Conseguirte ayuda. Tal vez ellos tienen algo que puede hacerte dormir por la noche.

—No necesito dormir —dijo, asombrado ante la verdad de esas palabras. —Me siento completamente descansado.

El paramédico miró a Ging.

—Sus signos vitales son normales. Si dice que está bien, está bien—. Le dio a Chimon un formulario de liberación. —Firme esto y está por su cuenta, pero si yo fuera usted, iría a mi doctor sólo para estar seguro.

Ging le dirigió una mirada dudosa.

—Estoy bien, Ging —insistió Chimon, firmando la liberación.

Aún así, John le dijo que fuera a casa y se tomara el resto de la semana.

Completamente avergonzado, Chimon no discutió mientras los paramédicos se iban. Simplemente juntó sus cosas, luego salió del edificio rumbo al aparcamiento.

Ging lo siguió al coche.

—Escucha, lo que yo iba a decir antes de que John fuera por el café y tú golpearas el piso, es que mi novio es un psicólogo que se especializa en desórdenes del sueño.

Chimon se paró ante su Escort verde. Extraño que Ging no hubiera mencionado eso antes, pero explicaba por qué ella había estado tan interesada en los sueños de Chimon desde que todo había comenzado.

—¿En serio?

—Sí. Su nombre es Dew Nitikorn y le estuve hablando sobre ti. Él piensa que puede ayudar—. Ging le dio una crujiente tarjeta de visita gris oscura. —Realmente pienso que deberías hacerle una llamada.

Chimon estudió la tarjeta. Al momento, nunca se había sentido mejor en su vida, pero tal vez debería llamarlo por si acaso las pesadillas volvían.

—Gracias —dijo Chimon, entrando en su coche. —Quizás lo haga.

C) PerthChimonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora