Capítulo 04

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Chimon se despertó al sonar su teléfono. Gimiendo en voz alta, se dio vuelta para contestarlo.

Era Ging.

—Qué tal, pollito. ¿Cómo estás disfrutando tu mañana libre?

Estaría disfrutando de ella mucho más si alguien no hubiera interrumpido su sueño mientras estaba intentando encontrar a V'Perth para poder desnudarlo completamente y arrastrarlo al agua con él.

—Está bien —dijo Chimon, sofocando su agitación.

—¿Te desperté?

—Sí, lo hiciste.

—Oh, lo siento. ¿Estabas teniendo otra pesadilla?

Chimon sonrió ante el recuerdo.

—No, no una pesadilla.

—¿En serio? —preguntó Ging sin creerle. —¿Ni una muy pequeña?

—Nop. Ahora si me perdonas, realmente me gustaría volver a dormir.

—Sí, seguro —dijo Ging con una extraña nota en su voz. —¿Por qué no lo haces?

Chimon estuvo en la cama durante una hora entera, intentando volver al sueño para encontrar a V'Perth, pero esto no funcionó.

Se sentía tan bien desde su tiempo juntos que no tuvo más opción que levantarse.

Irritado por no tener más control sobre su capacidad para volver a dormirse, vagó por toda la casa.

A última de la mañana, se encontró ante su ordenador, mirando fijamente su informe de comercialización.

Mientras trabajaba, las palabras de V'Perth, sus palabras alentadoras le daban vuelta por la cabeza. Y antes de saber lo que estaba haciendo, cerró su hoja de cálculos y abrió el procesador de texto.

Chimon se sentó allí durante horas, tipeando furiosamente. No fue hasta última hora de la tarde que paró.

Completamente feliz por primera vez en años, Chimon miró fijamente lo que había hecho. Orgulloso de su logro, deseaba compartirlo con alguien.

No, se corrigió. Deseaba compartirlo con V'Perth.

Imprimió las páginas, luego las llevó hasta el sofá. Se acostó, agarró los papeles a su pecho y se ordenó dormirse con la esperanza de verlo otra vez.

Lo encontró de pie en un prado. Estaba vestido todo de negro hasta sus botas de motorista de cuero. Sus jeans abrazaban sus duros muslos, y su camiseta negra lucía deliciosa al estirarse sobre un pecho tan delgado y tonificado que sólo podía ser verdadero en sus sueños.

La brisa fresca movía su pelo flojo, y sus ojos plateados brillaban a la luz del día.

—Estaba buscándote —dijo Chimon feliz.

Él pareció perplejo por sus palabras.

—¿En serio?

—Sí.

Se sentó en medio de su prado de verano con hermosas mariposas en tonos brillantes a su alrededor. Después de su discusión la última noche, Chimon había estado intentando soltar a su artista interior. Llevaba una ligera blusa campesina y una falda floja que subió por sus muslos cuando se sentó.

Lo mejor de todo, fue que conjuró una caja de Nutter Butter Bites.

V'Perth se acercó.

—¿Qué estás comiendo?

—Nutter Butter. ¿Quieres unas?

Él se cayó de rodillas a su lado.

—¿Qué son?

C) PerthChimonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora