JOUSKA: Delirios De Medianoche

tiempo de relato: el mar y nosotros

Las horas pasaron lentamente, recostados sobre la arena fría de la playa, en pleno invierno, miramos las constelaciones que se veían sobre nosotros.
El cielo totalmente despejado, iluminado por cientas infinitas estrellas.
La calma, serenidad de las olas golpeando suavemente con la orilla de la costa y el leve burbujear de la salada espuma marina, nos mecían al compás de la tierna brisa que surcaba el cielo y arremolinaba nuestros cabellos.
Ahí recostados frente a la fogata que pronto se apagaría, observamos las últimas chispas que brincaban de un lado a otro y las brasas carbonizadas sobre la roca.
Disfrutamos ese momento de felicidad, paz y tranquilidad, nos tomamos de la mano, nos miramos y sonreímos plácidamente.
Nuestros cuerpos tan cerquita nos transmitían esa mágica calidez, esa seguridad, el latir de nuestros corazones y nuestra respiración calmada iban sincronizados.
Puedo ver bajo la tenue luz de la luna reflejada en el mar, y su brillo fugaz reflejado en
tus ojos esmeraldas.
Aquellos ojos que me miran y me encantan, porqué tus ojos son tan únicos y maravillosos, tus ojos son el reflejo más hermoso.
Y así entre conversaciones, entre risas y sonrisas, nuestro amor florece cómo aquellas
flores de primavera, esas flores que hablan, que dicen; te extraño, te amo, te quiero...
o lo siento. Esas lindas flores atadas en un ramo con un listón morado, expresando
Un "te amo" alegre.
Un te amo, que me gustaría que no acabara nunca, por qué tus palabras, son como
las flores. Expresan verdaderas emociones.
Y yo también te digo, te amo. Te amo como no he amado a nadie.
Te amo como a las flores silvestres.
Y nuestro amor será así eternamente, feliz.
Feliz y especial, como los abrazos frente al mar...