- ¡Señorita Gonzalez!
Me desperté con ese último grito.
Y seguramente no fué el único que el señor Thomas, mi profesor de Biología, haya dirigido a mi presencia en los últimos... quince minutos.
Espera.
¡Espera!
¡¿QUINCE MINUTOS?!
Tiene que ser una broma.
O capáz que mi reloj está mal y haya pasado mas tiempo.
Pero ¿Quince malditos minutos?
No, no puedo quedarme dormida en clase como toda una profesional y despertarme a los quince minutos.
¡Yo quería dormir minimamente una hora!
Pero, siendo sincera, dudo que a mi profesor le haya gustado, así que procedo a sacar mi preciado cuaderno de Hello Kitty.
Si, "Hello Kitty".
Me quedé estancada en la década de los 2000, y qué.
¿Algún problema?
Porque si lo tienen, no estoy de humor para esc...- ¡¿Se puede saber porqué duerme durante mi clase?! - Soltó mi profesor.
Uuuuh... estaba enojado de verdad.
Tenía pensado responder con un "porque puedo, porque quiero y porque la vida me lo permite", y hacerme la canchera como siempre, mientras me ponía lentes de sol oscuros y todos mis compañeros de clase canturreaban un "Ooh" como respuesta, pero, viendo las circuntancias, mejor no llevarle la contraria.
- Perdón, profesor, es que...
- Es que nada, se va ahora mismo a la dirección. - Que prácticamente era mi casa en ese año.
Ya estaba cerrando la puerta del "cazador de estudiantes", como solían llamar a la direccion de mi universidad, cuando lo veo.
Y... vaya si lo veo
Le doy varios repasos, y mi conclusión es que es el chico más lindo que haya visto alguna vez.
Parece ser alguien dulce y agresivo a la vez, pero no se nota exactamente lo que siente.
Parece que tiene una máscara de indiferencia puesta.¿Está perdido entre los salones?
Probablemente.Tiene el pelo castaño y cortado en mini rulitos, que combina perfectamente con su oscura piel.
Dios... es hermoso.
Le doy una última pasada, antes de ir a hablarle, ignorando por completo la orden del señor Thomas.
- Hola - Digo.
El parece no saber de donde viene mi voz, lo que ofende a mi poca estatura.
- Hola, aquí - Repito - ¿Estás perdido?
Cuando por fín me localiza, trago saliva.
Sus ojos parecen sacados del cielo: Son azules.Y tengo cierta debilidad de los chicos con ojos azules.
Especialmente de aquellos.- Ah, hola. Si, no se cual es mi salón. - Me responde.
Su voz es ronca, pero dulce a la vez.
Osea, PERFECTA.
- ¿Qué clase tienes ahora?
- Mm... Biología.
Ah, pero si el salón de biología estab...
Espera.
¿Dijo Biología?
Oh no.
¿Cómo le explico que el profesor de esa materia me acaba de hechar de su clase?
- Biología - Repetì. - Eh... te podría acompañar. Justo iba para esa clase - Bueno, no tenía porqué saber.
- ¡Geniál! ¿Para donde es?
Le señalé el camino y emprendimos viaje.
- ¿Cómo te llamas? - Pregunté.
- Mark Rojas ¿Y tú?
Mark Rojas.
El nombre más lindo escuchado jamás.
- Leila Ester Martínez. - No se porqué le dije mi nombre completo.
- Leila Ester... Interesante, pero sofisticado.
Al instante que dijo eso, mi corazón revoleoteó de alegria.
Ok, debía parar, me estaba obsecionando con un chico que conocí hacía cinco minutos.
- Eh... gracias - Me obligué a responder.
Ni bien entramos al salón, el profesor quizo decirme algo seguramente para regañarme, pero decidí ignorarlo otra vez y presentar a una persona.
- Compañeros, es el Mark Rojas. No tengo idea del porqué ha elegido este colegio y menos a esta época, pero espero sea muy bien recibido.
No estaba segura si lo que acababa de decir era ofensivo, pero al mirar al aludido y ver que sonreía, me sentí satisfecha.
Luego de eso, el único contacto que tuve con él fué al finalizar la clase.
Al irme a casa, decidí pedirle su número al día siguiente.
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El error de conocerte
Teen FictionEsto no es el típico cliché. Bueno, en realidad si. ¡Pero no es igual a todos! Es... diferente. No es el quien le declara su amor a ella, pero si ella a el. Y todo esto sucede gracias a Leila y su obseción con su compañero de curso, Mark. Pero una...