Un secreto, una familia, una mentira.
Paulo Dybala se enamoró perdidamente de Catalina y decidió adoptar al hijo de esta y criarlo cómo propio. Pero ese bebe ahora tiene 13 años y esta listo para desafiar todo y a todos.
La vida de Luca Dybala est...
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Paulo
Estoy colapsado.
Después de entrar y mandarnos literalmente a la mierda a los tres, Luca subió a su cuarto y se encerró.
Se encerró posta, con llave, y estoy seguro de que escuche que movió algún mueble contra la puerta.
Subi ya cuatro veces en esta media hora para poder hablar con él y no llego a decirle nada, porque me oprime el corazón escucharlo llorar.
Necesito entrar, abrazar a mi hijo y pedirle mil millones de disculpas por no haberle contado todo esto antes.
-Pau, vamos a dormir, amor.- me habló Catalina, que tenía los ojos más rojos imposibles.
Me levanté del sillón y me acerqué a darle un beso en la frente.
-Vamos.- le agarré la mano y subimos juntos. Me acerqué a la puerta de Luca y ya no lo escuchaba llorar pero se escuchaba que estaba viendo algun video en el celular.- Lu.- hablé y el video se silenció.- Yo se que estás enojado conmigo y no querés hablar, no te voy a obligar. Pero quiero que sepas que te amo con toda mi vida. Hasta mañana, hijito.- suspiré y me di la vuelta para entrar al cuarto con Catalina.
Me senté en la cama y me fui en llanto.
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Luca
Escuchar a papá decirme "hijito" y que me ama me hizo mierda. Pero no tanto como darme cuenta que es la primera vez en trece años que no me da un beso de buenas noches. Me parecia una boludez enorme que los dos vengan a arroparme pero ahora que no lo tuve me duele una banda.
Ni cuando se iba a jugar a otra ciudad o cuando concentraba con la selección me dejaba de saludar. Siempre me daba un beso por cada noche que no lo iba a ver antes de irse, y cuando mamá venía a verme lo hacia con papá en una videollamada.
Dios, ¿Porque tenían que mentirme? ¿Porque despues de tantos años me dicen que él no es mi papá?
Comencé a llorar de nuevo y lo único que necesitaba eran los abrazos de los dos pero no los quiero.
Tengo una bronca encima tan horrible que no me reconozco, no entiendo mis sentimientos, me vienen estas ganas de llorar tremendas y olas de náuseas horribles. Yo se que lo único que me va a calmar esto son ellos, pero los quiero a mil metros mio.
Leandro y Camila me dijeron que hable con ellos, que son mis papás y me aman, pero no puedo.
No se como reaccionar con esta noticia. Yo conozco mis sentimientos por Paulo, y los suyos por mi porque me lo repite todos los dias de mi vida, pero no sé, hay una sensación tan extraña, como si de repente algo se hubiera roto. Papá no es mí papá y yo me estoy volviendo loco.
Me levanté de la cama, corrí el escritorio que había puesto delante de la puerta de mi cuarto y la destrabe. Necesitaba bajar a tomar algo.
Pasé por al lado de la pieza de ellos y los escuché llorar. Me sentí un hijo de puta.
Me senté en la oscuridad de la cocina con el vaso de agua en la mano y mirando a la nada. Kaia y Bowen se despertaron cuando entre al comedor y se acercaron a que los acaricié, al ratito se volvieron a acostar, pero me sentía tan necesitado de amor que me fui a tirar en el sillón y los llame para que duerman conmigo.
-¿Lu?- era la voz de mamá que venía bajando las escaleras. No le quise contestar, así que me quede quieto en el sillón. Supongo que ella me vio, porque se acerco y me puso encima una mantita que deja siempre en la esquina del sillón. Me beso la frente y me corrió un poquito los rulos de la cara.- Te amo, hijo.- y se alejó de mi, la escuché subir las escaleras y abrí los ojos. Apreté a Kaia más cerca mio y a Bowen lo acomodé mejor al costadito.
-Dios, me quiero matar.- susurré y al ratito me dormi.
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