Catalina
Corriendo.
Así llegamos al aeropuerto, corriendo.
Nos habiamos quedado dormidos y como siempre habían cosas que hacer a último minuto. Me levanté como un resorte de la cama y comencé a guardar desesperada las boludeces que estaban afuera: el shampoo, el acondicionador, los cargadores, el parlante, los cepillos de dientes.
La noche anterior con Camila habíamos dejado la casa mas o menos decente, no llegamos a acomodar todas las habitaciones pero algo es algo.
Corrí a despertar a Luca y les tire la puerta abajo a Cami y Lean para después hacer lo mismo con Rodrigo.
Se nos iba a ir el avión.
No se como pero llegamos a los autos, una hora despues de la planeada, y salimos prácticamente volando al aeropuerto.
-Nooo, me olvidé mis lentes.- escuché que dijo Luca y con Paulo nos giramos a mirarlo.
-Te dije que los guardes ANOCHE, Luca, por Dios.- me quejé y Paulo rodó los ojos. Él venía haciendo el check-in virtual y yo manejaba.
-Y si sabes que el pendejo hace lo que quiere. Vive en el desorden máximo.- Paulo lo miró y Luca le sacó la lengua.- Ahora vas a tener que ir al oculista de nuevo y te va a volver a poner las gotitas esas que no te gustan para que te vuelva a hacer la receta. Y hasta que te los hagan vas a estar días sin los lentes, pendejo, ¿No te podias fijar un poquito que traes?
-Uh, claro, como si yo quisiera olvidarme las cosas.- el nene rodó los ojos y se puso a jugar con las manitos de Bautista que venía a su lado. Rodrigo nos miró sin decir nada pero con una mueca nos hizo entender que lo dejemos de molestar.
Claro, el pierde las cosas por irresponsable y encima se enoja.
Suspiré y puse más alto el volúmen de la música.
Cuando llegamos al aeropuerto, los chicos bajaron. Leandro y yo fuimos a devolver los autos que alquilamos y después corrimos a la entrada.
-Estamos a tiempo.- dijo Camila y chocamos los cinco.- ¿Pasamos y vamos al free shop?- asentí entusiasmada y nos encaminamos todos al área de embarque.
-Comprate algo para comer, amor.- le dije a Luca mientras le daba mi tarjeta y con Camila nos fuimos a ver los perfumes.
-¿Le diste tu tarjeta a Luca?- asentí, mientras me guardaba dos perfumes en el carrito.- ¿Y como pensas pagar eso?
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Three at Turín ; Paulo Dybala
BeletrieUn secreto, una familia, una mentira. Paulo Dybala se enamoró perdidamente de Catalina y decidió adoptar al hijo de esta y criarlo cómo propio. Pero ese bebe ahora tiene 13 años y esta listo para desafiar todo y a todos. La vida de Luca Dybala est...