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—Isagi, tenemos que charlar —dijo Reo al compañero enfrente de él.

—¿De?

—Te gusta, ¿no es así? 

Isagi Yoichi se congeló al momento, evitando morder el sandwich de miga que acababa de comprar. Miró a Reo con extrañeza y respondió fingiendo calma:

—¿El sándwich? No es mi favorito pero está rico sí.

Reo frunció el entrecejo y le dio un golpe en el brazo.

—No te hagas. Sabes de qué te estoy hablando, o mejor dicho de quién.

Isagi se sonrojó en el acto. Buscó a alguien que pudiera sacarlo de esa situación pero el salón estaba casi vacío y las únicas personas allí no eran de su total confianza. 

"Incluso...", pensó, "...podrían apoyar a Reo con su pregunta."

Dudó unos segundos y luego suspiró derrotado al no encontrar salvación:

—Si se lo dices no volveré a hablarte.

—No necesitaré hacerlo, eres tan obvio que ya toda la escuela debe saberlo.

—Él no, te lo aseguro. Sino, ya no sería mi amigo.

—O quizás sí, y es tan cruel que disfruta tenerte suspirando por él.

—Nah, —soltó Isagi más calmado en una leve risita. Reo había tomado el hecho de que fuera un "él" en lugar de una "ella" con tanta facilidad que su miedo a ser abandonado había desaparecido—. Kunigami no es ese tipo de chico.

—¿Qué? ¿Kunigami? ¿No Raichi?

Ambos se vieron con confusión.

***

Kunigami Rensuke, era un chico de quinto año. Era alto, de cabellos naranjas y un cuerpo muy bien trabajado. Había llegado hace un año a la escuela de Isagi, con quién había congeniado muy bien. Era normal verlos juntos incluso fuera de la escuela.

Al principio Isagi solo lo veía como un amigo, pero la amabilidad y genialidad del mayor habían convertido su cariño en amor. Trató de olvidar dichos sentimientos pero era inútil, siempre volvían. Ya fuese estando en su cama o con la cabeza acostada sobre su pupitre, la imagen de Kunigami aparecía frente a él para darle caricias y decirle lo lindo que se veía. Aunque al despertar de sus ilusiones el propio Isagi se avergonzaba por decirse "lindo".

Por otro lado, Jingo Raichi era un chico de su curso. Era apenas unos centímetros más alto que él, de cabello rubio y con una voz rasposa. Aunque habían pasado cuatro años sentándose al lado del otro, nunca habían estrechado su relación más allá de conversaciones cortas durante clases.

No se llevaban mal, pero no tenían muchas cosas en común. A Isagi le gustaba evaluar los pros y contras sobre sus decisiones, mientras que Raichi era una persona de acción inmediata que se aburría muy rápido de las personas que tardaban en decidir.

En definitiva, era la última persona que Isagi consideraría para iniciar un noviazgo.

***

—Así que Kunigami, ¿eh? Tiene más sentido —dijo Reo, sosteniendo su mentón.

—Sí... ¿En serio toda la escuela piensa que me gusta Raichi?

—Nah, te mentí. Solo eran sospechas mías.

—Bueno, en cualquier caso no puedes decírselo, ¿está bien?

—No diré nada, pero tendrás que contarme todo. Quiero saber como pasan de "esto" —Reo hace un ademán con sus manos como si sostuviera una caja— a novios que se comen la boca a escondidas.

—Puedes ir olvidándote de eso. Incluso si te cuento lo que hacemos cuando estamos a solas, nunca cumpliremos tus expectativas. Enamorar a Kunigami es imposible para mí, créeme, lo he intentado. Digamos que él gusta de un tipo específico de personas: les dicen mujeres.

—Me conformaré con tus tristes anécdotas entonces, de todas formas me entretendrán. Y por favor, ¿Kunigami heterosexual? Imposible, a lo mucho es bisexual. ¿Estamos hablando del mismo tipo que mira con disimulo las nucas de los demás? Te apuesto a que se habrá fijado en la tuya en algún momento sin que lo notes por estar embobado en sus muslos.

—Eres un caso perdido. Apenas te enteras de esto y ya fantaseas más que yo.

—Entonces dame fundamentos para tu prematuro fracaso más allá de una no confirmada heterosexualidad. Tendré que ser yo quién te abra los ojos y te muestre que entre Kunigami y tú, hay una tensión romántica.

—Y pensar que hasta hace poco pensabas que entre Raichi y yo había tensión romántica. Haz lo que quieras, siempre y cuando no afecte el cómo estamos ahora.

Isagi aprovechó la campanada que daba fin al recreo para alejarse de Reo y evitar que alguien oyera sus raras preguntas. 

En el camino, se cruzó con Chigiri: compañero de Kunigami, al que le preguntó por la ausencia de éste. El mayor le explicó que su amigo se había resfriado por la noche y se vio obligado a faltar. Isagi agradeció por la información y decidió ir a casa del pelinaranja a la salida de la escuela.

Charlas con Reo || Blue Lock || Kunigami x IsagiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora