III

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El timbre de la escuela sonó y los alumnos se prepararon para irse. Isagi guardó sus cosas con prisa al ver a Kunigami parado en la puerta de su salón. Se acercó al mayor tan emocionado que dio un saltito en su lugar.

—Estoy listo, ¿vamos?

Kunigami hizo una mueca que denotaba culpa.

—Lo siento, Isagi, no puedo ir contigo hoy.

—¿Eh? ¿Por qué?

Antes de obtener respuesta, Raichi habló detrás suya:

—Estoy listo, vámonos.

Isagi se sorprendió al oírlo y aún más al notar que las palabras del rubio iban dirigidas a Kunigami.

—N-Nos vemos mañana, Isagi.

El pelinegro vio ir a Kunigami detrás del rubio sin poder devolverle la despedida. Reo se acercó y  preguntó por qué no había ido con el mayor , a lo que Isagi respondió levantando los hombros.

—Creo que tenía que hacer algo con Raichi... —dijo aún asombrado.

—¿Con Raichi? —preguntó Reo con el mismo tono que Isagi—. ¿Habrán ido a jugar fútbol con los demás?

—Supongo. Igual es raro que no me haya invitado, ¿no?

—Un poco.

Isagi se quedó en silencio con la mirada perdida.

—No estás pensando en nada tonto, ¿verdad? —preguntó Reo arrugando el entrecejo.

—¡Po-Por supuesto que no! —se apresuró a responder Isagi.

—¿Seguro?  —volvió a preguntar Reo estirando la "u"—. Esto no significa nada, confía en mí.

—Lo sé, lo sé. Te aseguro que sigo determinado en confesarme, no te preocupes.

—Así me gusta. Ahora vayamos a casa, te acompañaré para que no extrañes a Kunigami.

— Vaya, eres tan amable —dijo Isagi con sarcasmo.

Ambos empezaron el trayecto a casa. En el camino conversaron de varios temas hasta llegar a casa del pelinegro. En dónde antes de separarse, Reo le gritó "Es todo tuyo, tigre", lo que hizo sonrojar al otro.

Al entrar en su habitación Isagi se sentó en su cama y la sonrisa que habían generado las charlas con Reo poco a poco se fue deshaciendo.

"¿Por qué Kunigami no me invitó?", pensó.

***

Las ilusiones de Isagi siguieron vivas unos días hasta que empezaron a morir de a poco.

Kunigami había tomado una actitud evasiva sin ningún motivo aparente. Apenas intercambiaban palabras cuando se veían, y siempre que lo hacían el pelinaranja estaba acompañado por Raichi. Quién no hablaba, solo estaba ahí, parado al lado del más alto y con sus ojos sobre Isagi, como si le molestara que interactuase con él.

Por dicha suposición Isagi también comenzó a evitar un poco a Kunigami, a pesar de los regaños de Reo. Le era más fácil oír a su amigo reprocharle su actitud que sentir esa rara atmósfera cada que se acercaba al pelinaranja, como si sobrara.

—¿Y si le gusta Raichi? —dijo Isagi con desánimo.

—¿Qué? —Reo se giró a verlo con una expresión más de indignación que de asombro—. Isagi, por favor. ¿Kunigami? ¿Por Raichi? Imposible.

Charlas con Reo || Blue Lock || Kunigami x IsagiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora