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En mi opinión personal, no es que me considere llorona

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En mi opinión personal, no es que me considere llorona.

Una de las diferencias entre mi hermana y yo es que sin duda alguna ella es la que más llora de las dos. Siempre ha sido así desde que tengo memoria, ya que Young-seo es más propensa a ser sentimental con todo. No importa si algo ni siquiera es triste, solo llora.

Ahora, si bien Young-seo es la más llorona, no encuentro una respuesta coherente que me logre explicar por qué rayos no he dejado de llorar durante más de media hora. Si me compararan en este preciso instante con una planta del desierto, yo estaría más seca que ella. Y no bromeó.

Sigo sentada frente al escritorio de mi oficina, siendo la linterna de mi teléfono lo único que alumbra en la oscuridad de la habitación. Muevo la nota del presidente Kang entre mis dedos releyéndola una y otra vez, deseando que la intención escrita en ella no sea más que una mala broma de parte del universo. Una punzada arde en mi pecho removiendo los pedazos rotos de mi pobre corazón al releer la firma junto con el espacio vacío a un lado de ella, donde se supone debería de estar un dibujo de un corazón a marcador de tinta rosada.

En vez de eso, el espacio está en blanco, como si se burlara en mi propia cara de que el destinatario no es tan importante como para dibujarle un ridículo corazón.

Mi maquillaje al final termino por correrse, lo sé por lo pesado que siento el rostro. Debo lucir lo más parecido a un payaso de circo, aunque no es del todo mi culpa; me es imposible recordar si use la máscara de pestañas normal o la dé a prueba de agua, así que mientras ese factor siga en incógnito, sería preferible para mí no quedar frente a alguien al que se le facilite salir corriendo por el susto de verme con el maquillaje corrido.

Solté otro suspiro, provocando que mis pulmones ardieran por la falta de aire en ellos. Mi respiración está hecha un desastre, pero no tanto como hace un par de minutos. Respirar forzosamente y llorar al mismo tiempo no es lo más sensato, pero no tengo idea de como detener las lágrimas que salen de mis ojos y recorren mis mejillas hasta caer sobre la madera de mi escritorio.

No puedo evitar maldecir todas las veces que soñé con un romance sacado de un kdrama, tal vez debí especificar que quería uno similar al que tiene un final de cuentos de hadas en vez del triste que te deja llorando durante un mes. Me decepciona el universo y el haber sido tan tonta como para sentirme así, pero me decepcionan mucho más las acciones del presidente Kang.

𝗖𝗔𝗦𝗘 𝟭𝟰𝟯, kang tae moo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora