Capítulo 2: Sin identificar.

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Ya habían pasado días desde la emboscada, y no había señales del chico misterioso. Desde que comprobaron su existencia, los miembros de la banda de Shane no dejaban de sentir la vigilancia y presencia constante del muchacho, exceptuando al mismo Shane.

Por el contrario, Eli no había vuelto a verlo o sentir que estuviese ahí, fue como si tras su encuentro hubiese desaparecido para siempre. Considerando la posibilidad de una persecución, eso era realmente alarmante.

De vez en cuando, al pensarlo, recordaba la misma escena; el odio en la voz de aquel hombre tosco como gorila, y tan hostil como un animal hambriento, sediento de sangre.

"Quiso aplastarle la cabeza".

Una parte de él esperaba que fuese mera actuación, y al no resultar la trampa como esperaban se echaron para atrás, pero su instinto le decía que había algo más que eso.

-¿Qué sucede, Eli?-La pregunta de Junjie lo trajo a la realidad, notando lo imprudente que estaba siendo al encerrarse en su mente sobre su mecabestia. Imprudente-Te noto distante, no es propio de ti.

-Acabamos de ganar otra batalla contra esos malhechores, deberías estar contento tras combatir junto al grandioso Pronto.-Se apresuró a señalar el topoide.

-Es cierto, darle su merecido a los malos siempre te alegra.-Kord acercó su meca, llegando a la altura de sus amigos antes de que Trixie imitase la acción.

-Estuviste distraído, se te nota desde hace un rato.-Ante los comentarios de sus amigos, Eli miró a sus babosas, las cuales concordaron con pequeños movimientos de cabeza.

-Tus pensamientos te tienen atrapado-notó Junjie, deduciendo fácilmente el motivo-, ¿qué te parece si entrenamos? Tengamos un duelo, eso podría ayudarte.

-Creo que tienen razón, chicos-sonrió apenado, dedicándole una mirada a su equipo-. No puedo rechazar un duelo, menos si me lo pides así. Quizás me sirva.

-Entonces vamos.-El pelinegro aceleró su mecabestia, quedando un par de metros alejado de la banda, y señalando un rumbo diferente al previsto. Sus compañeros lo observaron confusos, no mostraba intención de regresar a la guarida.

-¿A dónde?-Eli se detuvo unos paso más adelante, mientras el resto de la banda empezaba a suponer las intenciones del Campeón del Este.

-A entrenar, por supuesto.-El joven Shane observó a su banda un momento.

-Está bien, Eli-tranquilizó la pelirroja, asomando una sonrisa-, estaremos bien.

-Ustedes vayan-apoyó Kord, dando seguridad al peliazul-, nosotros regresaremos a la guarida, les avisaremos si pasa algo.-Tanto el troll como la pelirroja no estaban del todo convencidos, pero confiaban en que Junjie tenía sus razones. Ellos también harían algo para animar a Eli, no obstante, la velocidad del ojimarrón los superó.

-¿Seguros, chicos?-Insistió el joven Shane, sin querer que sus amigos se sintiesen abandonados.

-¿Insinúas que el gran Pronto es incapaz de valerse sin la ayuda de un Shane?-Ofendido, el topoide alzó la cabeza, entrecerrando sus ojos, forzando a sus compañeros a aguantar la risa junto a una mirada cómplice.

-No, jamás diría eso, Pronto-se defendió, viendo como su amigo daba media vuelta, alzando el mentón-. Si no les molesta, supongo que está bien. ¡Sobrevivan!-Bromeó mientras reanudaba el paso hacia el pelinego.

-Lo mismo digo.-Devolvió la pelirroja, mientras sus caminos se separaban.

Fue silencioso, pero no un silencio incómodo, al menos no completamente. Eli no estaba seguro de qué comentar, o como siquiera sacar una conversación, más bien, volvió a encerrarse en su mente, dando vueltas a lo que Junjie ya suponía.

Más allá del subsuelo | JuneliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora