1.5K 179 41
                                    

☆—Darle regalos al chico de pestañas bonitas. 


Sus manos temblaban a medida que se iba acercando a su amigo, al parecer los nervios siempre serán algo que lo controlen. 

Tocó su hombro y Quackity dejó su conversación para voltear a mirarlo, arqueó una ceja y le preguntó qué pasaba. 

—Le hice un regalo a Spreen...¿podrías dárselo? 

El pelinegro miró la cajita color rojo entre sus manos, luego miró a Roier y el castaño notó la mueca que el contrario hizo. 

—Roier carnal, no es por ponerte presión pero...¿no es muy simple para alguien como Spreen? 

"Muy simple para alguien como Spreen" 

Su cabeza hizo un "click" al instante, Quackity tenía razón, estábamos hablando de Spreen. El gran y temible Spreen. 

Quien recibía regalos de muchos chicos y chicas de la escuela, seguramente uno mejor que el otro, y uno más bonito que el otro. 

Pero aparte de eso, creía que para Spreen sería poco un simple bombón de chocolate junto con una cartita con forma de la cara de Spiderman. 

—¿Y entonces qué puedo hacer?— preguntó al más bajo decaído. 

—No te agüites, vamos a a ayudarte a hacer un regalo perfecto para Spreen, ¿sí? —tomó al casaño de su brazo y comenzó a guiarlo hacia el patio— ¡Vamos a pedir la ayuda de alguien que conoce a Spreen mejor que nadie! 

—⁠☆— 

Esperaba detrás del pelinegro buscando algo para distraerse, estaba esperando a que Quackity terminara de hablar con aquel chico que según él, era el que más conocía a Spreen. 

Lo miró con detalle. Era alguien bajito, castaño, con notables ojeras bajo sus ojos y parecía bastante agradable y carismático por como se reía una que otra vez. 

Su cuerpo se tensó al ver al castaño acercándose a él. 

—Hola pa, ¿todo bien?— le dijo extendiendole su mano a lo que Roier la juntó con la suya haciendo un apretón de manos. 

—Sí todo bien. 

—Me alegro. 

—Roier, él es Carrera y es el mejor amigo de Spreen, así que nos ayudará con su regalo. 

—Quackity me dijo que te gusta mi amigo, ¿no? — el castaño asintió con sus mejillas algo coloradas— te recomendaría que busques a alguien menos mal humorado como Spreen.— dijo con una carcajada. 

—No, no quiero a nadie más... él ya es perfecto. 

El argentino esbozó una sonrisita y palmeó el hombro del mexicano. 

—Entonces vamos a hacerle ese regalo. 

—☆— 

—¡Roier pinche menso, ¿cómo vas a pegar eso ahí?!

—¡Quackity me dijo que lo pegara así! 

—¡Sí pinche Mariana, ¿cuál hay?! 

—¡Que queda para la verga cabron! 

Roier observaba a sus dos amigos discutir mientras ¿intentaba ocultarse detrás del pegamento? 

Carrera solo observaba comiendo unas saladix que había llevado, hasta que se le ocurrió por interrumpir —Bueno bueno, no peleen, podrían hacer algo cada uno tal y como les guste. 

¡Mírame, chico de pestañas bonitas! | spiderbear.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora