☆⁠☆

635 63 26
                                    

La nueva "amiga" de Roier no le estaba cayendo para nada bien. 

Y es una buena pregunta el por qué. 

Recapitulemos desde este día hasta hace dos semanas. 

Spreen se encontraba caminando tranquilamente mientras repasaba por última vez los temas de historia. Pasaba y volvía las hojas de su carpeta a cada rato memorizando hasta el más pequeño detalle. 

Escuchó unos rápidos pasos detrás de sí y sus peludas orejas de oso se levantaron en señal de que alguien venía por detrás. No pudo darse vuelta ya que al segundo unos brazos lo rodeaban en un gran abrazo. 

Sonrió al ver a su castaño riendo. 

—¡Hola mi amor! te extrañé ¿tú me extrañaste? —preguntó el mexicano mirando con ojitos de amor al pelinegro, este se dio vuelta quedando frente a frente con su pareja y dejó un suave besito en los labios del contrario. 

—Obvio que te extrañé Ro, me alegra volver a verte. —respondió simple, una risita se le escapó al ver la animada sonrisa en la cara del castaño. 

—¡Roier! 

Esa tercera voz llamando a su novio no se le hacía conocida, ladeó su cabeza por sobre el hombro de Roier quedando confundido al ver a una pelinegra cruzada de brazos mientras miraba fijamente al mexicano. 

—Oh, olvidé que tenía que acompañar a Samantha hoy. —rascó su nuca soltando una risita— Supongo que nos veremos más tarde osito, quiero pasar todos los recreos contigo ¿sí?

Tomó la cara del híbrido entre sus manos y dejó un delicado beso en la frente de este, Spreen no se quedó solo con eso y tomando al más alto del cuello de su camisa unió sus labios en un profundo beso. 

Se despidieron y cada quien se fue por un lado distinto. 

Pero el argentino quedó con esa pequeña molestia en su pecho. Le pareció raro dado que él nunca se consideró una persona celosa, sabía que Roier solo tenía ojos para él y para nadie más. Tampoco le molestaba que su pareja tuviera más amigos, sabía lo sociable que el castaño llegaba a ser. 

¿Entonces por qué se sintió así? 

¿Fue... inseguridad al ver lo linda que la chica era? 

Sacudió su cabeza negando totalmente, él era Spreen, uno de los chicos más deseados en la escuela (a pesar de que para él solo existía su lindo castaño) y de los mejores académicamente. No tenía por qué tener inseguridad ante una simple amiga de su novio. 

O eso era lo que creía. 

Los días pasaron y esa pelinegra parecía hacer todo a propósito. Siempre que estaba con Roier, ella llegaba diciéndole que necesitaba un favor suyo o "que le había prometido" pasar tiempo con ella. 

Spreen intentó entenderlo, pero siempre que trataba de besar o abrazar a su pareja de despedida, la hija de puta se interponía impidiendoselo. 

Ahora volvamos al día presente. 

Estaba centrado en terminar su tarea de matemáticas, sus padres habían salido y hacía un rato se encontraba él solo en la casa. Escribía y borraba constantemente, aunque no le costara tanto hacer el ejercicio, su mente divagaba en otras cosas. 

¿Y si Roier en algún momento conocía a alguien mejor que él? 

Una punzada en su corazón lo atacó al pensar eso, pero no pudo parar sus propios pensamientos. 

Samantha era una chica linda, alta, de buen cuerpo y buena personalidad. 

Sus ojos se aguaron, el simple hecho de pensar que Roier podría dejarlo le dolía más que a cualquier cosa. 

¡Mírame, chico de pestañas bonitas! | spiderbear.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora