Ellos estaban en un crucero. Posiblemente navegando por el Caribe. Niall estaba borracho como una cuba y hace una hora que había declarado que iba a nadar con los delfines. Si alguien le había impedido saltar por la borda, a Harry le daba pereza averiguarlo. Zayn también estaba allí, con una pila de papeles a su lado, bebiendo mojitos y tecleando en el ordenador. El muchacho nunca dejaba de trabajar... De alguna manera, Harry se alegraba de que Zayn fuera el compañero de Louis en la escuela de posgrado, ya que el omega necesitaba a alguien que lo conectara a la tierra todo el tiempo. Pero, a veces, Harry se ponía celoso de Zayn cuando los veía a los dos acurrucados sobre el ordenador, con las cabezas tan cerca como para tocarse. ¿Celos? Hmm... Quizá esa palabra era demasiado dura. Harry sacudió la cabeza, más bien, protección. Sí, eso sonaba mejor.
Harry avanzó por la cubierta, acercándose a la popa del crucero. Pudo ver a Mitch y Sarah jugando con su bebé recién nacido en la piscina. Quería unirse a ellos, ya que amaba mucho a los bebés, pero tenía que encontrar a Louis. Tenía que decirle... algo.
Hizo una pausa para rascarse el pañuelo que llevaba colgado al cuello. Decirle al omega, ¿qué?
Justo en ese momento, vio a Louis apoyado en la barandilla, asomándose al borde de la popa, y Harry se apresuró a apartarlo de cualquier peligro.
—¿Qué carajos, Lou? No te inclines tanto. ¡Una ola alta te enviaría a la muerte!
Los ojos de Louis combinaban con la inmensidad del azul del océano, que se extendía a su alrededor hasta donde alcanzaba la vista. Harry tragó grueso. A veces él era tan bonito. La boca de Louis se torció en una minúscula sonrisa. Levantó su mano para acomodar un rizo suelto detrás de su oreja.
—Si me cayera, ¿saltarías detrás de mí? —Tenía la voz áspera, como si hubiera bebido demasiados cócteles. Su aliento era tan dulce como las piñas y las naranjas. Harry podía oler la gardenia en alta mar cuando ni siquiera había flores a la vista.
—Sabes que lo haría —dijo, con la voz un poco atrapada por la emoción cuando la sonrisa de Louis se amplió.
—No soy el típico omega, Harold. No necesito que me salven. Además, ¿quién haría una cosa tan estúpida como caerse de un barco el día de su boda? Esto no es el Titanic...
Harry quiso argumentar que Louis podría haber tergiversado el argumento de Titanic hasta cierto punto, pero estaba demasiado distraído por la palabra que había pronunciado. ¿Boda?
—¿Te vas a casar? —preguntó con voz ronca mientras Louis se reía. Una hermosa carcajada, como las campanas de una iglesia.
—¿Dónde has estado? ¿Viviendo bajo alguna roca mohosa? Por supuesto que me voy a casar. —El omega agitó la mano bajo la nariz de Harry. El brillo del diamante atrapaba la luz del sol, haciendo que el anillo brillara.
—¿Conmigo? —preguntó Harry, boquiabierto y con la boca ligeramente entreabierta.
Louis ladeó la cabeza, riendo más fuerte.
—Ya quisieras, Styles.
La inclinación de su cabeza dejó al descubierto la línea de la fina garganta de Louis y mostró su cuello. Los ojos de Harry encontraron de inmediato la marca de un lazo sellado en aquella piel. El corazón le latía a mil por hora.
En ese momento, se oyeron unos pasos detrás de ellos y Harry se giró para ver a su vecino del otro lado del pasillo número 965, Nick Grimshaw, con el nuevo camarero de su cafetería, Liam, acercándose.
—Mi amor —saludó Nick, acercándose a Harry y pasando por delante de él, con sus brazos rodeando la delgada cintura de Louis.
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Marks On My Baby (Traducción)
Romance-¿Qué es eso? -Harry no había querido que su voz sonara tan afilada, e incluso se estremeció ante su propio arrebato. Fue más un siseo que una pregunta real, pero por ahora, estaba demasiado sorprendido como para preocuparse. -¿Qué es qué? -preguntó...