—POV de Ana
— No es divertido Miriam, hemos estado aquí por más de una hora.
— Vamos Guerra, no puedes estar tan cansada ya, oh, espera, eso es una cosa más que sé de ti, no puedes sentarte, concéntrate en hacer algo.
— ¡Claro que puedo! — Me defendí.
— De verdad Guerra, entonces pruébalo. ¿Cuál es tu color favorito? — preguntó mirándome con tanta frialdad que pensé que podría necesitar una chaqueta pronto.
— No lo sé. Supongo que no tengo un color favorito — dije jugando con mi cabello y mirando a cualquier parte menos a sus ojos mieles.
— Tienes que hacerlo, hasta yo tengo uno, todo el mundo lo tiene de todos modos. Yo tengo uno: marrón - sonrió burlonamente.
— ¿Por qué marrón? — Le pregunté con sospecha — A nadie le gusta el marrón...
— Eso es suficiente para que sea mi color favorito — dijo como si nada.
— Ok, pues yo tendría que decir miel — dije finalmente, esperando que ella no se diera cuenta, y sorprendentemente, no lo hizo.
— Vaya miel, es un color tan diferente al marrón — dijo Miriam sarcásticamente.
— Es el color de la miel, lo encuentro relajante — mentí, jugando con mi cabello.
— Okay — dice levantándose y dirigiéndose a la cocina. Mentí, no sobre mi color favorito, sino sobre la razón por la que es mi favorito. Los ojos de Miriam son mieles. Miel avellana, el tipo de ojos que solo quieres mirar para siempre y simplemente agarrarlos porque son tan hermosos. A veces no es justo, es como si ni siquiera intentara ser tan hermosa. Ella es fácilmente la mujer más hermosa que he visto en mi vida.
Vuelve con esa expresión en blanco habitual mientras se sentaba en el sofá, mientras me entregaba una Coca-Cola.
— Miriam, ¿por qué agarraste la Coca-Cola? ¡Sabes que me gusta la Pepsi! — Dije levantándome y yendo a la cocina, tomando una Pepsi y volviéndome a sentar en el sofá.
— Te gusta molestarme, ¿no? — Le pregunté.
— Sí — digo, haciéndola enojar más, pero a la vez reí.
— Es lindo verte reír... — ¡¿Espera qué?!
Nos quedamos allí en un incómodo silencio porque creo que ninguna de las dos quiere saber tanto de la otra, y si lo hiciéramos, no tendríamos más preguntas. Bueno, solo tenía uno en particular, pero de ninguna manera iba a preguntar eso.
— Guerra, ¿recuerdas el ensayo de la Gala 2 del año pasado?
— Si — dije indicándole que continuará, pero ella nunca lo hizo, así que aproveché su pregunta, para hacer la mía — Cuando dijiste que te encantaba.
— En realidad nunca usé esa palabra Guerra — dijo mirando hacia arriba y dándome una mirada furiosa.
— En realidad, si lo hiciste, dijiste que te super super encantaba... Cuando dijiste eso, ¿lo dijiste en serio? — Pregunté con cuidado, esperando que Miriam agarrara sus cosas y se valla dejandome sola.
— Lo decía en serio...
— Bueno, de todos modos — dije esperando romper el hielo — Supongo que debería conocer tu peor miedo, o al menos algo que saber si alguien me pregunta cuál es tu peor miedo... — Sabía que Miriam en realidad no me lo iba a decir su peor miedo, pero supuse que las parejas sabían eso el uno del otro, incluso si en este caso era falso, así que sospeché que era su respuesta.
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El Reto - Adaptacion Wariam
FanfictionLo unico que tienen que hacer es fingir, pero resulta dificil no enamorarse. Todo por el estúpido reto. Los personajes existen, pero no son como los plantea el fanfic.