Entre el mar y una estrella

Nuevos Cambios

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Andrés estaba abrazando con fuerzas a su tío mientras sonreía esta era una gran sorpresa para él y su familia.

- ¡Pero mira como están de grandes estos dos, Jimena! - Oscar sonreía mientras miraba con mucho cariño a los hijos de su hermano Franco.

- ¡Sí, ya no son nuestros pequeños angelitos! - con un tono de voz sonriente y algo triste Jimena ponía sus manos en el pecho de manera maternal.

Gaby miro a sus tíos y riéndose mencionaba - Pero que dicen, siempre seremos sus dulces angelitos - poniendo sus manos en la cintura en forma coqueta como lo hacía su tía Jimena cuando era joven.

Oscar y Jimena se rieron junto a Sarita que le venían algunos recuerdos de su hermana menor y esposa.

- Claro que sí - abrazando a Gaby con ternura por el hombro miro a Andrés y le toco la mejilla con su otra mano, acto que hizo que Andrés pusiera su mano para que su tía no la sacará pronto - Ustedes son mis angelitos y eso no cambiaría, aunque cumplieran 50 años - les miro con mucho cariño a ambos y estos le regresaron la misma mirada de amor y devoción.

- Bueno aunque me encanta que hayan regresado - miro Sarita a ambos con mucha felicidad está paso a ser una mirada de cuestión - ¿Creí que aún les faltaban algunos contratos para que pudiera venir de vacaciones? - sabía que quizás ellos estaban enterados del asunto de los gemelos; después de todo Oscar quería con locura a esos dos torbellinos tanto como a los hijos de su esposo y de ella.

Ambos se miraron entre sí ya que sabían que Sarita preguntaría sobre su inesperada llegada a San Marcos después de estar tanto tiempo fuera de este lugar.

Jimena y Oscar se miraron entre sí y luego vieron a toda la familia - Ya sabemos lo que pasó con los gemelos, Sarita - con tono serio Oscar esperaba que todo esto de sus sobrinos no estuviera siendo tan grave como ambos estuvieron imaginando en todo el camino hasta San Marcos.

Sarita suspiro y luego con voz algo cansada empezó a contar - Pues es bastante complicada la situación porque culpan a los mellizos de un asesinato Oscar, y lo peor es que no hay ningún otro sospechoso más que el anónimo de la llamada misteriosa - cruzó los brazos sobre su vientre, ella al igual que los adultos de la familia han estado pensando en encontrar otro sospechoso que sí tuviera motivos para acabar con ese hombre.

- ¿Pero, nadie pudo rastrear esa llamada? - Jimena entrecerro los ojos.

- Pues no... ya que la llamada la hicieron en la madrugada a Félix Carreño el hijo mayor del profesor - aclarando como había pasando con la acusación anónima.

- Técnicamente si no tienen el teléfono intervenido, tía no pueden hacer nada... al parecer la llamada fue hecha de una larga distancia de Félix por lo tanto los programas de rastreo más sofisticados les resulta difícil sin una intervención directa del móvil - Gaby estaba explicándole a sus tíos y luego saco su celular de su bolsillo.

- Pero no dejamos de sospechar de esa llamada... - seriamente Andrés miro a su hermana y está concordaba con su hermano.

- Lo más importante es que ellos ya están en la hacienda tíos - Gaby mencionó con un tono esperanzado.

- Y esperemos que la policía de con más pistas que demuestren la inocencia de mis sobrinos - mencionaba Sarita.

- Bueno quisimos pasar por aquí primero ya que están más cerca de nuestra casa - miro Jimena amable con los demás y luego miro a su esposo - Pero queremos ir a ver a los mellizos y a Norma

- Claro Jimena, Oscar gracias por venir - Sarita los abrazo con mucho aprecio, al igual que sus hijos despidiéndose de sus tíos.

Jimena y Oscar estaban ya subiendo a su carro para salir y mientras tanto Gaby recibía una llamada de Nino y esta emocionada se retiraba de la puerta atenderla, Sarita y Andrés se quedaron hasta que Jimena y Oscar dejaban la haciendo y cruzaban el portón de esta para desaparecer en el camino de la noche.