Determinación

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Juan había terminado con el establo del ala sur y su mente vuelve a la conversación que tuvo con sus hijos cuando Eric tuvo aquel "accidente" con su caballo.

// Juan solo miraba de manera sería a sus hijos y estos estaban evadiendo su mirada.

- ¿Y alguno de ustedes, planea decirme que paso?

- Que vamos a decirte seguro que mamá, ya te contó - intento ponerse derecho pero fallando haciendo que se tambaleara de un lado, entonces su padre lo sostuvo este se quejo y luego lo ayudaron acomodarse en la cama.

Juan mira a León que se agacha un poco y empezó a morder disimuladamente los labios.

- Su madre - mirando a Norma que miraba todo de manera preocupada, pero también sospechando que podía haber algo más - que te habías caído del caballo

Eric miro entonces sus padres - Y es lo que pasó papá, incluso los mejores jinetes pueden tener accidentes

- No lo dudo, pero...

- Papá yo estaba con él... Tempestad se asustó de momento y aunque Eric intento tranquilizarlo, pero no pudo y lo tiró

Eric afirmó con la cabeza esto último pero Juan sabía algo en su interior le decía que no era todo lo que había pasado, pero no quiso presionarlos más y sobo con suavidad la cabeza de sus hijos.
Ambos mellizos se habían asombrado por el tacto suave de su papá; él no era persona de mostrar esos afectos a menudo y más en estos tiempos cuando ya eran unos hombres.

- Me alegra mucho que estén bien y que no fuera mayor el golpe

- El doctor está en esperando afuera, te dejaremos con el amor - con una sonrisa en el rostro Norma miro a Eric y este asintió tranquilamente.

Los tres salieron de la habitación dándole paso al doctor a que viera a Eric a solas.

- Mande a unos peones a buscar a Tempestad - mirando a León y este sintiendo, Juan comienza a caminar hacia su despacho, pero no sin antes decirle a su hijo - Necesito que vayas a las caballerizas de las yeguas primerizas y me traigas el informe médico de Juan David

- Claro papá, te los llevo a tu despacho - León entonces se retiro rápidamente.

Esa movida de su hijo menor solo avivó más las sospechas de que algo había pasado, pero sus hijos no querían decir.

Juan y Norma se dirigían al despacho cuando uno de los peones que patruyaba ese día los terrenos del oeste se acercó a ellos.

- Buenos días patrones - Guillermo saludo con respeto.

- Guillermo buenos días, que te trae aquí - con dulzura contesto Norma y Juan solo se dispone a mirarlo.

Entre el mar y una estrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora