CAPÍTULO 1: LOS HECHICEROS DE WELLINGTON

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Sophie

El silencio se extiende por todo el salón, la decena de ojos curiosos me siguen mientras me desplazo por el lugar.

—¿Alguien puede explicarme por qué los licántropos y los hechiceros no se llevan bien?

Algunos brazos se elevan en lo alto. Sonrío ante sus caras entusiasmadas y ansiosas. Escojo a Jorge, el aplaude feliz. Acomoda sus lentes y se coloca de pie.

—Unos lobos malvados asesinaron a nuestra líder —alzo mis cejas orgullosa. Él se sienta de nuevo, sin dejar de lado su felicidad.

—Muy bien, Jorge —llego frente a ellos, el titulo del tema de hoy decora el pizarrón.

La maldición entre dos especies.

—Hoy hablaremos un poco de nuestras raíces, de la historia que cambió por completo la vida entre estas dos especies —anuncio mirándolos a cada uno—. Mis niños, es necesario que recuerden esta historia siempre, los licántropos son una especie muy peligrosa, y como hechiceros es muy importante  saber cómo  defendernos.

Varios asienten muy atentos.

—Nuestra líder, quien nos protegía de todo mal, murió en manos de ellos —me acerco a mi escritorio y tomo una foto de la mujer, pero no es algo seguro, los ancianos de la comunidad no hablan tanto de su apariencia física, sino más bien de todas las maravillas que hizo—. Era una mujer intrépida y muy valiente. Tenía una fila de pretendientes que dejaban un camino de rosas para que ella pasara cada día. Toda la comunidad la amaba, porque poseía un genuino deseo de ayudar a otros.

Pablito, mi niño más bajito y parlanchín, levanta su mano. Le concedo la palabra.

—Señorita Sophie, mi madre me contó que tenía poderes asombrosos.

—Así es, Pablo —afirmo—. Nuestra líder tenía cualidades que podían destrozar una fortaleza entera. No ha vuelto a nacer nadie como ella. Ahora bien mis niños, existe una antigua leyenda que gira entorno a nuestra bella Melody, ese era su nombre. No hay registros de su apellido, pero si les soy sincera, los ancianos se niegan a darnos más información sobre nuestra lider . Lo  más  grave de todo es que no era una  leyenda, era una maldición. La chica se había enamorado de un hombre lobo, Alfa de una manada un poco pequeña y misteriosa.

Me acerco de nuevo a mi escritorio y tomo la foto del hombre de cabellos negros. La coloco al lado de la de Melody con ayuda de una cinta.

—Estas dos personas se conocieron en medio de una noche sin estrellas, cuando la luna se preparaba para llegar a la inevitable decadencia. Esa noche todo era distinto, dos especies que nunca habían estado juntas , fueron destinadas por la Diosa . Eran destinados por un lazo inquebrantable y eterno .Una mirada bastó para que ambos cayeran de rodillas, pasaron segundos antes de que se jurasen un amor prohibido sin importarles las diferencias, y sobre todo restándole total importancia a la maldición.

Lola, suspira enamorada. Me río sin poderlo evitar. Pablito a su lado revuela los ojos.

—Qué romántico —halaga agitando su cabeza, sus dos moños rosa se mueven con ella.

—Estoy de acuerdo, Lola. La unión entre ellos era prohibida , pero era el mejor tratado de paz entre nuestras especies. Lamentablemente, fue todo lo contrario. Los hechiceros no aceptaban tal unión, los licántropos no eran la excepción. Una gran guerra se llevó por parte del oscuro y sus subditos . El odio que el oscuro sentía por las dos especies  se intensificó, hubo una emboscada en la cual los buscaban a ambos  . En eso hubo mucha gente inocente  que murió, solamente para llegar a las dos personas que se atrevieron a desafiar al oscuro .Fue el peor periodo para los hechiceros. Los dos enamorados prometieron dejar de lado su amor y quedar cada uno por su lado, sin embargo, todo era una falsa. Seguían viéndose en secreto, de esos encuentros surgió el fruto de su amor un embarazo.

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