Daniel
Manejo la camioneta con cuidado, observando la carretera que nos guiará hacia el castillo. Hace unos instantes que se oscureció. Lo bueno es que nos acompaña la luz de la luna y la de la camioneta. Miro por encima de mi hombro y veo que Sofí sigue dormida. Tiene las cejas fruncidas y un puchero muy gracioso en sus labios que me hace sonreír.
A medida que avanzamos, visualizo un pequeño local donde venden comida y se recarga la gasolina. Antes de cruzar hacia allá, verifico por el retrovisor de que mis amigos vengan atrás. Y estoy en lo correcto. Miro a los asientos de atrás para saber que todo esté bien. Puedo observar a los primos de sofí. Lili esta acostada, tiene su cabeza en las piernas de Matteo, y lo que resta de su cuerpo prácticamente ocupa todo el espacio del asiento. A diferencia de Matteo que solo está sentado con su cabeza inclinada hacia atrás.
No quiero dejarlos acá, es peligroso.
Abro la puerta de la camioneta para bajarme, cuando escucho que una voz fuerte me llama. Así que volteo y lo miro.
_ Majestad, no estoy dormido _ dice Matteo. ¿Necesita algo?
_ Tranquilo, solo le recargaré gasolina a la camioneta _ contesto. Y también traeré un poco de comida. En lo que, si me puedes ayudar, es en que cuides a las chicas mientras vuelvo.
_ Está bien majestad, siempre lo he hecho y lo hare con mi vida. _ dice el muy comprometido.
_ No dudo de que sea así Matteo. _ Ah y puedes tutearme si quieres. El me mira y asiente algo asombrado.
Me encamino al pequeño local. Compro algunas cosas importantes, como agua, algunos snacks y dulces por si nos da mucha hambre. Aún que no lo creo. Falta solo como una hora y media de viaje.
Al regresar al auto, le hago señas a mis amigos y manos derechas que vamos a continuar el camino a casa. Subo al auto y veo que Matteo cuido muy bien a las chicas. El me mira y me dice que todo está bajo control. Asiento y empiezo a conducir.
En el camino a mi hogar, no puedo evitar no sentir nervios de cómo reaccionará Sofí y su familia a la vida en el castillo real. Y con ese pensamiento sigo manejando.
Al fin después de 3 horas de viaje estamos en casa. Le hago señas a Carlos, el vigilante real para que abra las rejas y así poder entrar. Ingresamos y coloco la camioneta al frente del castillo.
Antes de bajar, observo que hay soldados en la entrada principal. Mis nervios vuelven a aparecer, solo espero que los acepten a todos, en especial a Sofí.
Decido despertar a Sofí, al ver que Matteo está levantando a su hermana.
_ Sofí, ya llegamos. _ Le digo moviéndola suavemente. Ella suspira y frunce el ceño. Esa simple acción me hace sonreír. Hey, vamos, arriba, ya estamos en el castillo, le hablo recogiendo el cabello de su cara. Al parecer eso la despierta, porque abre sus preciosos ojos mieles y me mira soñolienta. Al darse cuenta de donde estamos, se levanta de un brinco del asiento y mira nerviosa a todos lados.
Es tan hermosa nuestra compañera, dice Kevin.
Así es amigo, es un ángel.
- ¿Ya llegamos? _ dice ella bostezando y estirándose. Ay Dios mío, pero sentí que pasaron muchas horas. Yo me rio y ella me observa con los ojos entrecerrados.
- Acabamos de llegar Linda _ contesto su pregunta. _ Y te quedaste dormida en todo el viaje así qué por eso sentiste que pasaron mil horas, pero en realidad fueron 3.
- Oh, ya veo _habla pensativa. ¿Y ahora qué sigue?
- Es hora de bajarnos, debemos hablar con mis padres. Al decirle eso abre los ojos como platos y se sonroja. Tranquila todo va estar bien.
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INQUEBRANTABLE
Fantasi-¿Existe alguna manera en la que puedas entender que debemos hacer esto juntos? -¿Y hay alguna donde tú entiendas que esto no está bien? Mi rabia en este momento estaba consumiendo cada tramo de dulzura, una que mi tía halagaba todo el tiempo, la mi...