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—Salgamos juntos —le dijo Kazuki esa tarde.

Sus ojos parpadearon un par de veces antes de que diera una respuesta.

—Claro. ¿A dónde quieres ir? —Rei dio esa pregunta pero lo único que obtuvo fue una sonrisa de su compañero.

—Viernes por la noche. Miri tiene una pijamada con sus amigas.

Rei tardó uno, tres, cinco minutos en darse cuenta de las palabras de Kazuki.

¿Miri tenía una pijamada? ¿Entonces por qué comentó lo de salir? ¿Salir a dónde?

Sin Miri...

Ellos dos...

Solos.

La expresión en el rostro de Rei se convirtió en angustia.

•❐❐❐•❖•❏❏❏•

—¿Qué hay de malo en que salgan? Siempre lo hacen ¿no? —entonces aquí estaba de nuevo, refugiándose en el lugar de Kyu con una bebida en la mano y la cabeza pegada a la mesa.

—Nunca solos, no sin Miri —Kyu le mira con extrañeza.

—Viven juntos, trabajan juntos, han estado en la misma cama, ¿Pero te preocupa más el que salgan a un lugar a solas? —Rei soltó un suspiro ahogado. No podía ser que le estuviera pasando esto.

—No sé por qué me pasa todo esto —no entiende qué está mal con él.

—Te gusta él, es normal que te sientas diferente —y de nuevo ese comentario. No le gusta. O al menos eso quiere creer. —Estás en una etapa de negación contigo mismo. No quieres que él te atraiga pero sin embargo, lo hace. ¿O me equivoco?

¿Por qué? Era lo que Rei se preguntaba. ¿Por qué ahora? ¿Por qué después de tanto tiempo juntos? Si Miri no lo hubiera dicho tal vez... No, no puede culpar a su hija de los conflictos que está teniendo consigo mismo. Era una pregunta infantil que haría cualquier niño a su edad, es normal que se lo cuestionara. Pero...

—¿Cómo saber cuando te enamoras de alguien? ¿Cómo poder estar completamente seguro? ¿Cómo sé si no me estoy equivocando? —hace sus preguntas en una voz baja y desesperada, es suficiente para que su amigo escuche. Kyu solo puede soltar un suspiro mientras regresa la mirada al pelinegro.

—El amor es algo que llega, no hay forma de saber cuándo comenzó o cuándo terminará, cuando menos te lo esperes comenzarás a cuestionarte a tí mismo, y solo al final serás tú quien pueda decidir si realmente te has enamorado —las palabras de Kyu tenían mucho peso, y sí, todos estos días se había estado cuestionando así mismo.

¿Cuándo iba a terminar?

—¿Tú crees que yo-? —Rei iba a responder, pero entonces la puerta del local se abrió y una figura familiar ingresó. La pregunta quedó en el aire congelándose como un nudo en su garganta.

—Oh, Rei. No sabía que estabas aquí —su compañero estaba ahí, cruzando esa puerta. Y Rei se alivió mentalmente por no haber soltado esa pregunta.

—¿Terminaste las compras? —preguntó, a lo que Kazuki asintió con un ademán.

—Todo excepto por esa licuadora, todavía no soy capaz de encontrar el modelo que busco —habían comenzado a hablar sobre la cafetería.

El castaño los observó desde atrás de la barra. Parecían una pareja de casados, ¿no se supone que eso eran? una pareja. ¿Entonces por qué Rei seguía preguntándose sobre sus sentimientos por Kazuki?

Cualquiera podría notarlo en la forma en que se hablan, Kazuki y Rei se desenvuelven tan bien que no parecen incómodos con el otro. Es como si estuvieran acostumbrados a la cercanía mutua. Parecen tanto una pareja real de enamorados que no creería si alguien le dijera que no lo estaban.

Enséñame a Amar [KazuRei]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora