Estaba en blanco, no tenia sentido...o quizás si? ERA INCREÍBLE el nivel de descaro que Eros podía poseer. Ni siquiera debería sorprenderme, el siempre había sido así de desvergonzado, pero esto lo superaba por mucho...aunque quizás no me sorprendía su insolencia, sino el hecho de que admitiera necesitarme y pedir mi ayuda. Si algo tenia Eros ademas de descaro, era orgullo y vanidad en toneladas. Y sabia que el preferiría cortarse un ala antes que solicitar ayuda o aceptar que no podia arreglar las cosas por su cuenta.
Teneis tanto en común
Jodete
Prefiero que lo haga Eros, la verdad.
PERO SI HACE UNAS HORAS LO ODIABAS CONMIGO.
Pues cambie de opinión. ¡QUE VIVA CUPIDO!
Menuda traición.
-Oye esta muy lindo el silencio y quisiera una respuesta, aunque sin apuro, eh. No es como si...¡EL OLIMPO ESTE VUELTO UN CAOS!
Di un respingo por la voz de mi molesta hermana, la cual justo ahora estaba siendo un incordio.
-No se que es lo que esta pasando allá y sinceramente tampoco quiero saberlo, no tengo nada que ver con eso. Me aleje, construí una vida y no estoy dispuesta a volver a ese infierno, ademas estoy segura que los mas altos de la gran mesa podrán solucionarlo.
Ella soltó una risa sarcástica mientras me veía con sus ojos ojos verdes entrecerrados y llameantes de rencor puro, uno que no comprendía del todo, pero no me dio tiempo de pensar en ello cuando solto algo que me dejo paralizada:
-Construiste una vida, eh-mas de su risa falsa-. Pues te felicito por tu talento para hacerlo...te volviste una profesional mentirosa. Inclusive te crees tus propias mentiras y crees que puedes actuar como una mortal cualquiera, tener amigos que te duran cuanto...una década? Hasta que tengas que construir otra vida y fingir ser quien no eres, mudarte y cambiar de nombres ¿cuantos milenios llevas haciendo lo mismo y rehusando de tu verdadera identidad?
-No te permito que- empece, pero fui cortada nuevamente.
-Te crees superior a nosotros, incluso superior a padre, a los de la mesa y a los titanes...pero eres igual o peor porque al menos ellos muestran quienes son y no viven de mascaras. Mantienen su identidad.
Estaba impactada por el ataque verbal de la chica frente a mi, la que en algún tiempo fue la luz de mis ojos y ahora...me despreciaba. Dolía, si, pero no estaba dispuesta a que ella lo notara porque sabia que Orphedisé necesitaba de esto. Así que actué con indiferencia y emprendi camino a mi sofá blanco de dos espacios, me arroje sobre el con naturalidad y respondí con una expresión de aburrimiento a su cara de enojo:
-¿Terminaste tu explosión de drama de semidiosa resentida? Te explicaré una cosa, querida princesa...mientras tu veneras a tu padre y te llenas la boca de decir que soy una desgraciada por haberme ido, renegar de mi origen y creerme mejor que tus adorados dioses; déjame recordarte que padre o mejor dicho Zeus ha renegado a lo largo de los siglos una infinidad de hijos a los cuales solo aceptaba cuando necesitaba de ellos para librar batallas que el simplemente no quería pelear, te recuerdo que el mismo desterró a su propio hermano al inframundo y lo camufló diciendo que necesitaba a alguien que reinara en el infierno, super amable de su parte por cierto. -estaba soltando lo que yo también callé durante años- Ah y no hablemos de los demás miembros de la mesa...puras joyitas. Poseidon, Hades, Athena, Hefesto e incluso madre...y los demás, son puros criminales que jamas recibieron un castigo por sus actos. Pero claro, son los dioses, por ello debemos condenar a los inocentes que no les besan el suelo y a ellos hacerles un altar aunque sean violadores, asesinos y estén podridos de envidia.
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Justicia en el Olimpo.
Historical FictionAurice es la hija de el poderoso Zeus y Afrodita la diosa de belleza indiscutible, lejos de estarles agradecida, idolatrarlos tenerlos en un altar como todos los demás la joven Diosa aborrece su origen, casi tanto como a sus creadores y hogar. Can...