Encaje Rojo.

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-SE CONDENSA EL ACETIL-COA y EL OXALACETATO CON LA ENZIMA CITRATO SINTASA SE FORMA EL CITRATO-cante a todo pulmón mientras esperaba(quién sabe que) sentada en una roca- EL CITRATO SE DESHIDRATA FORMANDO EL CISACONITATO CON LA ENZIMA CONITASA Y PASA CON LA MISMA ENZIMA CONITASA...AHHHH.

Mi canto del ciclo de Krebs se vio interrumpido por el impacto de un cuerpo cayendo de pie frente a mi.

MuMe quedé viendo los zapatos deportivos marca y luego empecé a subir la mirada para encontrarme con la vista que menos me esperaba...maldito infeliz.

Eros estaba frente a mi, muy tranquilo y con una sonrisa llena de maliciosa diversión. Casi como si disfrutara este reencuentro.

Casi no, lo disfruta.

Me di cuenta, conciencia.

El no había cambiado mucho, tampoco es como si necesitara hacerlo. Si único cambio era la manera de vestir por una más moderna al estar en tierra mortal. Pero el seguía igual que siempre.

Cabello castaño con reflejos dorados y cobrizos-Una mezcla de los tres-. Con ligeras ondulaciones que le daban ese aspecto bien balanceado entre adorable y rebelde sin llegar a rayar en lo desaliñado, piel blanca nivea, cremosa e impoluta, casi porcelanada. Cejas pobladas y gruesas que enmarcaban unos ojos azules con motas doradas, Una nariz perfilada, la común nariz griega, y mi vista se posó en sus labios de contorno suave, el superior algo mayor que el inferior que estaba retenido entre sus dientes.

Vestía una camiseta blanca simple, con unos jeans negros entallados que se adherían igual de bien que la camisa a su cuerpo escultural y varonil. Su vestimenta iba acompañada con unas zapatillas negras marca Adidas que se, que con mi sueldo como maestra, me sería imposible comprar

-¿Que haces aquí, cupido?- pregunté, haciendo notar mi voz por primera vez.

Este se encogió de hombre con un gesto despreocupado y se limitó a contestar con su clásica ironía:

-Ah pues, ya sabes-chasqueo la lengua- pasaba por aquí.

Me limité a enarcar una de mis cejas y responder con su misma actitud.

-Vale, no interrumpas tu paseo por mi y sigue tu camino, aquí eres una persona no grata.- culminé regalándole una sonrisa más falsa que el rojo del cabello de Karol G.

Lo siguiente que hizo, no me lo esperaba PARA NADA. El comenzó a...reír. Pero no una risa corta, oh no, una carcajada limpia y estruendosa.
ERA UNA RISA SINCERA, de verdad le hacía gracia todo este asunto.
Eso me enfureció aún más, que le causará diversión mi rechazo a su persona me molestaba.

Una vez se incorporó y dejó de sostenerse el estómago con las manos, soltó un suspiro y habló:

-No jodas, Aurice. Es más que obvio que seré yo quien te lleve al Olimpo. Hermes está ocupado llevando a tu hermanita y aunque sabemos que es rápido, no pensarias que sería el quién te llevará, cierto?- dijo como si fuera evidente.

Mi ceño se frunció mucho más, si es que acaso era posible.

-Pues si, si lo pensé. Porque creo que está más que claro que es el único al que estoy dispuesta que me ponga las manos encima.

Vale, eso había sonado mal.

Estaba a punto de aclarar que era para llevarme hasta el Olimpo, cuando su voz enojada me interrumpió:

-Más te vale no volver a repetir esa mierda, Aurice. Me vale mierda tu molestia, es más me la paso por el forro- vale, ¿que paso con los modales de los dioses? - así que ni se te ocurra acercarte a Hermes. A partir de hoy y por el tiempo que estés con nosotros, te quiero lejos de él, entendido?

Justicia en el Olimpo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora