Capítulo 14: aclarando todo

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-Hoy hablaremos de nuestro primer libro - anuncio Winky.
Hoy no había faltado nadie, como las últimas veces.
-¿Alguien quiere comenzar? - preguntó Winky.
Nos quedamos en silencio. Parecía que nadie tenía ganas de comenzar hoy.
-Bueno, pues comenzaré yo - dijo Winky, ya que nadie quería. - Mi primer libro fue Harry Potter.
Fue un libro que me ayudó mucho a seguir leyendo, y a darme cuenta que la fantasía es mi género literario favorito.
Winky bajó del escenario.
-¿Quién quiere ahora?
Emma se levantó de su asiento y se subió al escenario.
Comentó que su primer libro fue de unos youtubers. Luego fue Will, que nos contó que su primer libro fue el de Percy Jackson.
Cuando dijo Percy Jackson, no pude evitar mirar a Michael.
Noté que estaba serio, pensativo, parecía que no le importaba lo que hablábamos.
Luego le tocó a Amy y luego a mi.
Me subí al escenario y miré a todos.
-Mi primer libro fue: "el corredor del laberinto".
La verdad que me gustó mucho la historia y luego sacaron las películas. Recuerdo que mientras veía la película tenía el libro en mano para ver qué habían cambiado - sonreí, al recordar cómo mi yo de ocho años, delante de la televisión con el libro en la mano, leyendo y viendo la película al mismo tiempo.
Bajé del escenario y volví a mi sitio.
Ahora le tocaba a Michael, que era el único que faltaba.
Winky lo miró, pero él no le devolvió la mirada.
-Michael te toca - Winky señaló a Michael.
Michael agitó la cabeza, volviendo a la realidad.
-¿Que estábamos haciendo?
-¿Enserio? ¿No has escuchado nada? - le pregunto Winky, con el ceño fruncido.
Michael se levantó de la silla y nos miró.
- Lo siento chicos, pero me tengo que ir - el me miró y luego agarró su mochila y se fue.

.........

Salí del instituto.
Aún estaba pensado en Michael, ¿Por qué se había ido de esa manera?
Pasé por delante de la casa de Michael. Pensé en pegar a su casa y verle.
Entré en el porche.
Noté que alguien me miraba. Giré la cabeza y vi como James, el hermano pequeño de Michael, me miraba fijamente.
Me acerqué a él. James se escondió detrás de una de las sillas del porche.
-Tranquilo, no te voy a comer - le sonreí.
James salió de su escondite, pero se quedó quieto, mirándome fijamente.
- Soy Annika, soy amiga de tu hermano - el chico se acerco un poco a mi.
Me puse de cunclillas. James me miró de arriba a abajo.
Sus ojos negros me miraban con curiosidad.
Tenía un parecido increíble con Michael, pero a diferencia de él, James era pelirrojo.
-¿Eres amiga de Michael? - me preguntó, casi en un susurro.
-Si, y en estos momentos he venido a verle, ¿Me podrías decir dónde está? - el chico asintió, se acerco a mí y me ofreció su mano.
Yo la agarré, me puse de nuevo de pie y me deje guiar por James.
Bajamos los escalones, dimos vuelta a la esquina y James paró.
El señaló al parque. Michael estaba sentado en un columpio, balanceándose.
James me soltó la mano y se dio media vuelta, volviendo al porche.
Camine hacia el parque, abrí la valla y entré .
Michael no se inmutó.
-Hola, Michael - el levantó su cabeza, en su cara no había ninguna fracción de tristeza o enfado, así que era difícil saber que le pasaba.
Se acerque más a el y me senté en el otro columpio.
-Hoy te has ido del club muy raro - le recordé.
El asintió.
-¿Te pasa algo? - fui al grano.
El me miró a los ojos unos segundos y luego bajo la cabeza.
-No me pasa nada - mintió.
-¿Seguro? - insistí.
-Seguro - respondió, no muy seguro.
El paró el columpio y giró la cabeza, para verme.
-He estado todo el día pensando en lo que pasó en tu casa con Aidan - comenzó a decir. - Parecía que estabais bien, hasta que llegué yo.
-¿Por eso estás así?
El asintió.
-Michael, escúchame, Aidan y yo no terminamos muy bien.
La relación se fue enfriando a lo largo de los meses y terminamos.
Aidan está mal, porque yo fui quién le dejó, y aún piensa que podríamos volver, pero yo no pienso lo mismo
Cada vez que se me acerca un chico, hace lo mismo, pero a decir verdad, nunca había reaccionado de esa manera.
Michael reflexionó mis palabras.
-¿Él piensa que tú y yo salimos? - preguntó, incrédulo.
-Piensa que eres un rival, un rival que tiene que quitar de su camino - le respondí.
-Nunca habían pensado eso de mi, me siento elogiado - sonrió.
-Pero tu no le hagas caso, ya hablaré con el.
-Vale.

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