Capitulo 10: el cine

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Llegamos al centro comercial.
Aparcamos el coche, nos bajamos de él y entramos al centro comercial.
Siendo sincera.... ¡Me encanta ir al centro comercial!
Todas las tiendas en las cuáles podría entrar y comprar todo lo que quisiera, si me llegará la paga, claro.
Aún no sabíamos que película ver.
—Pondríamos ver Avatar dos — opinó Michael.
—No he visto la primera — dijo Emma.
Seguimos mirando los posters de las películas: Avatar dos, Smile....
—Pondríamos ver "Smile" — opiné.
—Si, esa estaría bien — dijo Emma.
—A mí también me parece bien — dijo Will.
Winky y Amy aceptaron también, pero Michael se negó rotundamente.
—¡No voy a entrar al cine a ver eso!
—¿Por qué? — le pregunté.
—Odio las películas de terror, luego tengo pesadilla por la noche.
—Si va a pasar algo malo te tapas los ojos — zanjé.
Michael iba a replicar, pero Winky me agarro del brazo y me llevó a la cola de las palomitas.
—Como siga así, tendremos que ver películas de niños pequeños de por vida — murmuró Winky. Solté una risita.
Giré la cabeza y vi que Amy agarraba a la protagonista de cartón de la película de Smile y asustaba a Michael con ella.
—¡ME VÁIS A PROVOCAR UN INFORTO! — gritó.
Amy, Will y Emma empezaron a reír al ver la reacción de Michael.
Giré mi cabeza y miré a Winky.
—Se me hace gracioso el mote que le tienes puesto a Michael — dije.
—Se me da bien poner motes — sonrió.
—¿A sí? ¿Cuál me pondrías a mí?
El se quedó pensativo, pero luego dijo:
—Mejor que te pondrá el mote Michael, seguro que el querrá.
Quise preguntar ¿Por qué? Pero era nuestro turno.

Entramos a la sala y nos sentamos cada uno en nuestros asientos.
Me senté al lado de Michael, que estaba en la esquina.
—Parece que yo voy a ser la que se lleve todos tus gritos — dije.
—Yo no grito, solo doy saltos pequeños — recalcó.
Poco después comenzó la película.
¡Tuvimos la sala para nosotros solos! Parecía que la película ya la había visto la gente, porque no se presentó nadie.
Menos mal que no se presentó nadie, porque no era muy agradable oír gritar a Michael.
Cada vez que pasaba algo el gritaba, pero sus gritos no eran nada varoniles.
—¡Grita como un hombre! — le dijo Winky.
—¡Déjame en paz! — gritó.

Terminamos la película y volvimos al coche.
El camino de vuelta estuvo tranquilo. Primero dejamos en su casa a Amy, luego a Emma, luego a Will y finalmente a Winky.
Ahora estábamos Michael y yo en el coche.
La música nos rodeaba.
—Esta canción me encanta — dijo, subiéndole el volumen a la radio. — I've got a figure like a pin-up, got a figure like a doll... — comenzó a canturear.
Llegamos a nuestras casas. Michael aparco el coche en el garaje y nos bajamos de él.
El me acompaño a la puerta de casa.
Antes de él irse, se me vino algo a la cabeza:
—¡Michael! — lo llamé.
El se giró.
—¿Si?
—¿Que mote me pondrías?
El frunció el ceño.
—Pues la verdad que no lo se — se rascó la nuca — déjame pensar alguno bueno y te lo digo otro día — fue su respuesta.
Agarre las llaves de casa y abrí la puerta.
—Adios, Annika .
—Adios, Mickey .
El puso los ojos en blanco, luego me sonrió y se fue a su casa.

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