Viernes, 30 de abril de 2027
ASHLEY
Unos labios en el cuello, cálidos y suaves, me traen poco a poco de vuelta del sueño. Sonrío con los ojos cerrados. Ronroneo en respuesta a sus caricias y a los susurros dulces en mi oído.
—Despierta, princesa, hoy es el día de nuestra boda.
Me estiro bajo las sábanas y luego me abrazo a sus hombros, obligándolo a inclinarse sobre mí.
—¿En serio? ¿Es hoy? —murmuro somnolienta—. ¿Seguro?
Suelta una risita en mi oído y me besa la oreja.
—¿Vas a salir corriendo?
Sonrío más, sin ser capaz de abrir los ojos del todo.
—No puedo prometerte nada —bromeo.
—Le diré a mi hermano que tiene que custodiar las llaves de todos los coches, solo por si acaso.
—Le das mucho trabajo.
—Tú le das mucho trabajo —corrige, en tono divertido—. Se tiene que ganar el título de padrino.
El llanto de un bebé inunda toda la casa desde el piso de arriba. Entonces recuerdo exactamente dónde estoy y por qué, y todas esas supersticiones y males de ojo de loº.s que las tontas de mis amigas llevan días hablando, y despego los párpados para enfrentarme a Cam. Sus ojos verdes sonríen y me ablando demasiado rápido. Me da un beso breve en los labios.
—Buenos días —dice.
No puedo controlar la sonrisa.
—Buenos días.
—Liz ha decidido que es hora de despertar.
—Tú también lo has decidido, al parecer. ¿Quién te ha dejado entrar?
Anoche cogí unas cuantas cosas de la casa del lago y me trasladé a dormir a uno de los dos unifamiliares pareados de la parcela de al lado que Cam y yo alquilamos para dar cobijo a mi familia y nuestros amigos. Una vez se instalaron todos quedó una habitación libre con dos camas en la planta baja de este. Vanessa prácticamente me arrastró hasta aquí mientras Mia, Sue y Ryan (quienes, por cierto, no se han casado) clamaban que da mala suerte que los novios duerman juntos la noche antes de la boda. Mis amigos son una panda de payasos, de verdad que sí. Y Cameron acaba de hacer saltar por los aires todo ese alboroto de anoche y condenar nuestro matrimonio al fracaso solo por venir a darme un beso a primera hora de la mañana.
—No te lo vas a creer...
—No me digas más —suspiro—. Tú te lo has tomado como un favor y lo único que ella quería es gafarnos.
Cam se ríe.
—Oye, respétala, es la novia de tu amiga Mia y vas a tener que tolerarla.
—Me gustaba más cuando teníamos derecho a vetar parejas, este grupo de amigas no ha vuelto a ser lo que era desde que cada una sale con quien le da la gana —refunfuño en broma.
La pequeña Elizabeth Roberts sigue llorando en el piso de arriba y, si presto atención, puedo oír los pasos de Vanessa de un lado a otro del cuarto mientras la arrulla. Menudos pulmones tiene la canija, grita más con cinco meses de lo que lo hace Emily en su edad adulta. Por suerte, Em está en la casa contigua, así sus gritos, los de sus hijos y los de la bebé de Vanessa y Jeff no se solapan y se suman.
Mi mejor amiga, su marido y sus dos hijos se instalaron junto a Grace, Andy y su bebé Alex, que casi tiene un año ya, en la casa adosada a esta, donde comparten espacio con mis padres y con mi hermano y su novia. Me habría gustado tener a mis padres bajo nuestro techo, en la cabaña de la familia de Cam, pero las habitaciones están al completo: Sandra y Colin en una, Rob y Zack en otra, Leah con Alice en la del fondo con dos camas y Robert en la pequeña de la cama individual, y, además, hay tres perros contaminando el ambiente con potenciales alérgenos. Y en esta casa, Mia y su novia ocupan la otra habitación de la planta baja, la que está al otro lado de la pared de esta, y en las tres de arriba están Tyler y Sue, Ryan y Ben, y Vanessa y Jeff con su hija.
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EXTRAS SUELO SAGRADO
RomanceAquí encontrarás los extras que acompañan a la novela Suelo Sagrado. ¡ADVERTENCIA! Si no has leído aún Suelo Sagrado I huye de aquí hasta haberlo hecho o te comerás el spoiler de los spoilers. Espero que lo disfrutéis (a un nivel dramático y masoqu...