―Soy... ambidiestro.
40: ... y alguna hora...no tengo ni puta idea de cuál es el tiempo. Cinco escoceses y un Seokjin borracho hicieron que no me importara mucho.
―¿Por qué no simplemente grabamos a otros tipos?― dijo Seokjin gritando en mi oído, hablando sobre la música. Él estaba nervioso, tratando de librarse de bailar conmigo. Pero él no podía engañarme.
Él malditamente lo quería. Él no estaba protestando a eso demasiado.
Estaba allí, en sus ojos, brillantes y penetrantes, nadando en cinco chupitos de escoces. Me incliné para hablar en su oído.
―Porque no tengo una advertencia legal a mano. No quiero que nos demanden la semana que viene, y no les estamos pagando.― Di un paso atrás, sonriéndole, y le hablé lo suficientemente alto para que pudiera oírme. ―¡Y no me quedan condones gratis!
Cuando el camarero me dio la ronda número seis, ordené una más. Me giré para darle a Seokjin su bebida, con la cual brindé con mi vaso, y me tragué la mía de un solo golpe. Puse mi vaso vacío en la barra, y Seokjin me estaba observando, mi cara, mis manos. Él estaba realmente dándome un repaso, y eso me hacía más feliz de lo que debería.
Sonriendo, me encogí de hombros.
―Ahora, ¡bebamos! Tenemos trabajo que hacer.
Tragó el licor, bizqueando ante la quemazón, y cuando sus ojos se reabrieron, estaban suaves y lánguidos. Yo no soy en su mayoría un bebedor, y por lo que podía decir, Seokjin lo era incluso menos. Yo tenía un zumbido de embriaguez, la habitación era una bonita mezcla de color, sonidos y hombres.
Pero creo que Seokjin estaba un poco más que achispado.
Él tenía una sonrisa perezosa y una mirada perdida en sus ojos. Y yo pienso que él simplemente pasó de guapo a lindo.
¿Podía ser ambos?
Empezó a reír tontamente, y eso era un jodido definitivo 'sí'. Él era más que definitivamente guapo y lindo.
―¿Estás bien allí?― le pregunté, incapaz de evitar sonreírle. Él me sonrió y asintió. ―¿Qué es tan divertido?
Soltó una risita, de nuevo y sacudió su cabeza.