Capítulo 2

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Isabella*

Miro por la ventanilla del auto de mi tío, mientras él conduce. Hace poco llegó a recogerme para llevarme al hospital en el que trabajaré.

— Espero que te agrade trabajar ahí. — Dijo haciendo que salga de mis pensamientos.

Me giré a mirarlo y le regalé una sonrisa sincera ya que obviamente me gustara trabajar ahí.

— Ya veras que sí, haré lo posible por acostumbrarme. — Dije con entusiasmo y cierta emoción.

Volteó a mirarme y me sonrió, le respondí de igual forma y cada uno volvió a lo que hacía desde el principio.
Se dedica a conducir y yo solo miro por la ventana y pienso en mis padres, deben estar preguntándose el porqué no los he llamado.

— ¿Isabella? — Me llamó haciendo que logré captar toda mi atención.

Le observé de inmediato con cierto interés de saber que es lo que dirá.

— ¿Sí?, ¿pasa algo? — Pregunté con curiosidad.

— En el hospital cada paciente tiene su propia enfermera o enfermero que lo atiende — Informó notandose algo nervioso.

— Sí, lo entiendo, ¿Pasa algo con eso?. — Dije sin entender mucho a donde desea llegar.

— Tu paciente es: Jackson Miller. — Reveló apretando el volante.

— ¿El psicópata que asesinó a su familia y a los vecinos?. — Pregunté con sorpresa.

— Sí — afirmó. — Si no quieres quedarte, te entenderé. — Dijo suspirando.

Le mire con una pequeña sonrisa, sé que se preocupa pero de verdad deseo el empleo.

— No hay problema, yo puedo manejarlo. — Dije con seguridad.

— ¿Estás segura?. — Preguntó no muy convencido.

Asentí y le sonreí, claro que podría manejarlo, solo necesito ser amable, si le hablo bien y lo trato como se debe seguramente será mas cómodo para ambos...

Jackson*

Sentía como todo me daba vueltas, poco a poco mis ojos se fueron abriendo haciendo que lo primero que mire sea el techo blanco de la habitación.
Al lograr recuperarme, giré mi cabeza a todos lados notando que estoy atado a la cama y tengo colocada la camisa de fuerza, lo más seguro es que me dejen sin medicamentos para que la locura me consuma por completo hasta que se les de la maldita gana de darme mi dosis.
Salí de mis pensamientos al escuchar la puerta abrirse, me giré a un lado para observar de quién se trata y es el idiota de Nick, el estúpido Psicólogo, ese tipo me tiene harto, daría lo que fuera por un momento a solas con él, fácilmente lo despellejaría.

— ¿Jackson, estas consiente? — Preguntó mientras checaba mis ojos.

— ¿Acaso crees que ese estúpido medicamento me hará algo? — Contesté con burla y solté una carcajada.

Suspiró y luego me miró con seriedad y algo decepcionado porque según él había "mejorado un poco".

— Has matado a tu enfermera. — Recordó desviando su mirada.

— ¿Sabes lo que significa? — Murmuró con obviedad.

Sonreí un poco sin poder evitarlo, de todos modos me importa un demonio lo que tenga que decir o lo que vaya a suceder.

— ¿Qué ahora estaré aquí ochenta años? — Respondí con cinismo.

— ¿Qué gracioso no crees? — Dije soltando un carcajada.

Obsesión Psicópata Donde viven las historias. Descúbrelo ahora