Capítulo 3

635 53 3
                                    

Jackson*

Logré despertar al sentir como mueven mi hombro derecho de manera brusca.

— Levántate, es hora del almuerzo. — Dijo unos de esos malditos guardias de manera desagradable.

Parpadeo poco a poco tratando de acostumbrarme a la luz de la habitación. Cuando logré abrirlos por completo me levanté de la cama de manera lenta tratando de desesperar al idiota ese.

— Apresúrate no tengo todo el día. — Dijo con fastidio mientras me miraba con odio.

— Haré lo que quiera, maldito. — Dije irritado

Solo me miró con desprecio y empezó a caminar hacia la puerta de la habitación.

— Hoy te asignan una nueva enfermera. — Informó en tono indiferente.

— Una zorra más en este sucio lugar. — Dije mientras soltaba una carcajada.

— Más te vale que te calles, es sobrina de Jeremy y sabes cómo es ese idiota. — Dijo con cierto enfado.

Si una cosa sabía bien es que aquí los guardias odiaban a uno de los psicólogos y ese es Jeremy, sólo lo vi una vez y en esa él se portó bien, no fue hipócrita ni nada desde mi punto de vista ese tipo me agrado un poco.

— ¿Qué sea su sobrina no implica que no sea una zorra?. — Pregunté con obviedad e ironía.

Se quedó en silencio y me mostró una débil sonrisa, quizás le agrado un poco al bastardo y no quiere admitirlo.

— Te equívocas. — Dijo quitando esa expresión y dándose la vuelta dejándome algo sorprendido.

No dije nada más y lo seguí, tenía puesta la camisa de fuerza, pero son demasiado idiotas aun tengo mis pies libres podría salir sin problema, pero de solo pensarlo me da un poco de flojera.
Luego de haber recorrido el pasillo y de bajar al segundo piso llegamos a la sala de descanso y al comedor, al hacerlo giré mi cabeza a todos lados. Están todos aquí, la loca esquizofrénica, el loco con desastres mentales, un chico de mi edad con bipolaridad, un anciano que nadie quiere cuidar y lo mandaron aquí, junto a muchos otros lo cuales no conozco ni les presto atención.
Al llegar me senté en la mesa más alejada de todos y miré el ajedrez frente a mí pensado en como demonios quieren que lo resuelva si estoy atado.

— Jeremy pidió que siempre que estés cerca de tu enfermera estarás atado, si quieres quejarte tendrás que esperar. — Murmuró con fastidio yéndose.

Me quedé callado pensando en porque tanto cuidado hacia esa maldita zorra si yo quiero puedo matarla aun estando atado y que si voy a quejarme, claro que lo haré.
Salí de mis pensamientos al notar que había música en la sala lo cual es raro, aquí nunca la hay. La música es tranquila, me hace sentir algo que hacía mucho tiempo que no sentía: tranquilidad. Es una canción de violín tan suave y profunda, parece que es tocada por las manos más finas que pudiera haber. La música paró y todos comenzaron a aplaudir.

— Gracias, gracias. — Dijo una suave y fina voz que me tocó el alma.

Miré a todos lados buscando a la dueña de esa voz y la encontré, estaba con el idiota bipolar y la loca, es la chica más hermosa y delicada que había visto en mi vida, fácilmente podría confundirla con un hermoso ángel, sin notarlo llegó hasta mi mesa y me miró.

— Buenos días, te estuve esperando pero me informaron que duermes hasta tarde. — Dijo su hermosa voz mientras me daba una linda sonrisa.

No dije nada solo la miré.

— ¿Puedo? — Preguntó refiriéndose si podía tomar asiento. -

Asentí y seguí mirándola, acaso ese hermoso ángel sería mi salvación o mi perdición...

Espero que les guste. 🌼
Gracias por leer.
Voten y comenten.❤️

Obsesión Psicópata Donde viven las historias. Descúbrelo ahora