Capítulo 10

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Zee había decidido que tener una pareja que celebrara el Hanukkah era probablemente la mejor cosa del mundo, porque eso significaba que su fiesta duró una buena parte del mes y siempre estaban en un estado de ánimo festivo.

Zee era el segundo al mando de la manada y aunque había algunas cosas de menor importancia que debía manejar, Max nunca les interrumpió, sabiendo bien que Zee y Nunew estaban conociéndose, volviéndose un par acoplado equilibrado.

Nunew tuvo razón en una cosa. La policía nunca llegó a cuestionar a nadie de la manada sobreel asalto a Park.

Max no soltaría un suspiro de alivio por el momento, al menos no hasta que el estatuto de limitaciones hubiera terminado. No es que estuviera demasiado preocupado, pero no estaría muy sorprendido si en un par de días o semanas, cuando los policías tuvieran más tiempo para un indigente, traficante de drogas golpeado, se presentaran.

Hasta entonces, Zee decidió firmemente que iba a disfrutar de su compañero y toda la atención y el amor que Nunew le otorgara. Nunew todavía se avergonzaba un poco por no tener regalos para Zee para todos los días de Hanukah, pero siempre era lo suficientemente creativo.

Zee trató de decirle una y otra vez que no necesitaba nada. Había encontrado a su compañero. Eso fue regalo suficiente, pero no quería hacer sentir a Nunew como si algo de lo que le regaló fuera inútil o no valiera la pena el esfuerzo. Aparte de eso. Zee adoraba todas las pequeñas cosas en las que Nunew pensó hacer para él.

El ornamento del primer día fue increíble, y Zee se enorgulleció de ponerlo en su árbol de pino decorado. Al día siguiente, Nunew le sorprendió despertándose temprano, y llevando el desayuno a la cama. Luego una mamada.

En el tercer día, le entregó a Zee un puñado de cupones, los cuales fueron hechos en papel construcción y cada uno de ellos prometiendo o bien un masaje en la espalda o un favor sexual de la elección de Zee siempre que él quisiera.

En el cuarto día, Nunew le escribió una linda historia corta, algo romántico que hizo pensar a Zee en una nota de agradecimiento encubierto. Estaba tan sorprendido con lo cerca que estaba de las lágrimas al final de la misma.

En el quinto día hubo otra historia, pero esta era tan explícita y erótica que Nunew no tuvo la oportunidad de terminar antes de que Zee lo agarrara y lo pusiera sobre la alfombra delante del árbol y le arrancara la ropa. Ninguno de los dos se detuvo hasta que Nunew tuvo un caso leve de quemadura por la alfombra en la parte baja de su espalda y culo.

Joder, todo en lo que Zee podía pensar era en enterrar su polla en ese apretado culo, y Nunew fue tan complaciente que Zee no sabía de dónde había sacado la resistencia. Era evidente que estaba fuera de sí también, yZee trabajó para asegurarse de que Nunew lograba terminar cada vez.

El resto de su primer Hanukah juntos lo pasaron más o menos de la misma manera, y cuando llegó la mañana de Navidad, el regalo de Nunew para ese día fue otro ornamento. Esta vez se trataba de un gran lobo y lo talló un poco mejor que el del alce.

―He estado practicando para este un poco más, y visto más videos sobre tallado, y conseguí un poco de ayuda de los cambiaformas que trabajan como carpinteros. Me prestaron sus herramientas.

Algunos de esos cortes tenían un aspecto más profesional en ellos, y Zee no pudo evitar sonreír a su compañero.

―¿Se supone que soy yo?

Nunew asintió, un rubor adorable cubrió sus mejillas.

―Sí. Puedo hacer el alce de nuevo, también, si quieres.

Dulce - ZeeNuNewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora