Capítulo 17: La escolta.

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—¡Hermana! —Calista corrió hacia mí para abrazarme, las lágrimas inundaban sus ojos hasta desbordarse y deslizarse lentamente por sus mejillas

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—¡Hermana! —Calista corrió hacia mí para abrazarme, las lágrimas inundaban sus ojos hasta desbordarse y deslizarse lentamente por sus mejillas. —¿Estas bien? —podía sentir como temblaba, estaba completamente asustada.

—Lo estoy, tranquila. —le aseguré tomándola en brazos para calmarla. —¿Qué está ocurriendo? —pregunté al notar que no solo mi padre se encontraba en su despacho, sino, que también el emperador y William estaban allí.

La presencia de ambos hizo que me inquietara, pues me indicaba que lo que pasaba era grave. No por nada el camino hasta aquí había sido azaroso, pues todos los habitantes de la capital se encontraban aterrorizados mientras corrían de la destrucción de sus hogares y negocios, aunque muchos no tuvieron la suerte de huir ya que terminaron heridos e incluso muertos.

—Vasile ha escapado con ayuda de los Negavits. —respondió William irritado.

—Quieren ejecutar un golpe de estado, según los guardias imperiales, están buscando a su majestad y al príncipe heredero para matarlos. Es cuestión de tiempo que vengan aquí. —anunció mi padre con seriedad. —Me encantaría llevarlos a cualquier otro sitio más seguro, pero ahora mismo, prácticamente toda Eterna es un lugar peligroso. A excepción del ducado Sallow, todos los demás han traicionado al imperio. —agregó dejándome impactada.

—¿C-Cómo puede ser eso posible? Algo tan grande como esto no puede pasar desapercibido, mínimamente algo debió descubrirse antes. —dije aturdida por la situación.

—Es posible, joven Ainsworth. Bajo el mandato de Edmond no hay ningún detalle que pueda quedar suelto. — afirmó Víctor mirándome con frialdad.

—¿Edmond? ¿Edmond Coldhide? —arqué una ceja al escuchar ese nombre. —¿No se supone que usted lo asesinó? —

Mi cara de disgusto debía ser un poema en ese momento, pues no me podía creer lo que el emperador había dicho. Pues, en prácticamente todos los libros de historias que podías encontrar en el imperio describían al líder de los Negavits como uno de los seres más peligrosos que jamás hayan existido el cual fue asesinado por su majestad tras la Guerra del Poder. ¿Es que acaso ya ni de los libros podía fiarme?

—Tú madre tiene muchos ases bajo la manga, no por nada es una bruja formidable. Nos engañó a todos. —declaró cruzándose de brazos con el ceño fruncido.

—Ahora lo importante es proteger a la familia imperial, bajo estas circunstancias, no puede enfrentarse al enemigo. —mi padre cambió de tema, dirigiéndose a mí. —Ellos aún se encuentran concentrados en el palacio imperial y los alrededores, por lo tanto, el sitio más seguro ahora mismo es nuestra villa a las afueras de la capital. Necesito que los escoltes a ellos junto a Calista hasta allá. —me pidió poniéndose de pie para acercárseme. —¿Crees que podrás lógralo? —preguntó colocando una de sus manos sobre mi hombro, estaba tratando de reconfórtame.

—De acuerdo. —respondí con firmeza. —Por cierto, aún no he visto a la condesa Privet. —admití angustiada por saber su paradero.

—Está preparando todo lo necesario para el viaje, te la encontraras en el garaje junto a Sylvie. —me informó el duque logrando aliviarme. —Bhaltair. —el nombrado asintió ante el llamado. —Ayuda a Castalia en esta misión a como dé lugar. —ordenó con seriedad.

La Bruja de Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora